No es por casualidad que nuestro Ayuntamiento se mantenga en el desconcierto en el que se halla sumido por el galimatías político que atraviesan los socialistas. No es de recibo que con un escalafón de técnicos completo y reforzado con personal de alta cualificación profesional, no se apruebe el Presupuesto Ordinario en el mes de diciembre como es preceptivo por ley. No sería admisible que eso ocurriese en cualquier pueblo, que no fuese Aguilar obviamente, porque en el nuestro hace ya muchos años que han convertido en norma lo que debería ser una excepción.
Al no aprobarse el Presupuesto en su tiempo (mes de diciembre) se obliga a prorrogar el del año anterior hasta que se apruebe definitivamente el nuevo, hecho que en nada beneficia a la gestión municipal. Esta nefasta dinámica impera en el Ayuntamiento de Aguilar desde la llegada de los alcaldes socialistas, querencia que mantuvo el dimitido Francisco Juan, y que va a renovar la actual alcaldesa batiendo un nuevo Guinness World Records para mayor gloria de su paso por el Ayuntamiento.
Y no exonera de ese honor a María José Ayuso el que recurra a la manida obsesión que tiene de culpabilizar de todo lo malo que ocurre a los funcionarios o trabajadores municipales. La elaboración del Presupuesto es responsabilidad exclusiva del alcalde, para lo bueno y para lo malo. Francisco Juan dejó el listón bien alto en el presupuesto del 2017 al aprobarlo con dos meses de retraso el día 1 de Marzo. A día de hoy 5-3 2018, la actual regidora ni siquiera ha presentado el borrador a los grupos de la Oposición, por lo que María José Ayuso va a superar con creces la inercia de su predecesor en el cargo.
Ahora llegan las prisas, y estas le servirán de escusa y evasivas a la alcaldía para negar a la Oposición el derecho que tienen de conocer las cuentas con el tiempo necesario para poderlas examinar, y lo que es más importante, poder aportar sus propuestas y enmiendas al Presupuesto. Obvio es, por lo sucedido recientemente, que a la señora alcaldesa en particular y al grupo socialista en general le preocupa muy poco que la Oposición pueda o no ejercer con garantías la labor para la que ha sido votados por el pueblo.
El PSOE va a tirar nuevamente del rodillo de la mayoría absoluta para imponer su voluntad, aunque esa mayoría sea sólo de 8 votos al haberse confinado el sillón número 9 con la hipoteca del sueldazo que Francisco Juan va a seguir cobrando en la Diputación.