La provincia de Córdoba tiene un 32% de paro. Este es el principal problema de nuestra provincia. Y la solución a este problema creado por décadas de “desarrollo” como un territorio periférico y dependiente, no puede venir de la mano de los que lo han creado ni de los que recetan el despido libre y se ponen al servicio de la patronal. El paro y el bipartidismo van unidos. Porque sus medidas se han demostrado inútiles para solucionar los problemas del pueblo trabajador andaluz y cordobés.
Córdoba no ve reconocido el inmenso prestigio de sus productos, con el aceite y el vino a la cabeza, sometidos a las decisiones que adoptan los burócratas en Bruselas. La agricultura y la ganadería cordobesas, como las andaluzas, se abandonan a la suerte de los intereses de los países del norte de Europa, que socavan nuestras capacidades productivas y que controlan los circuitos de comercialización, condenando a miles de trabajadores del campo a un presente lleno de incertidumbres. Asímismo, los sectores ganaderos, predominantes en el norte de la provincia, a pesar de su importancia estratégica en la vertebración territorial y en la fijación de la población rural al territorio, a pesar de su importancia para el mantenimiento sostenible de nuestra dehesa, se subordinan, aun más, si cabe, a los dictados del norte de Europa.
El desierto industrial que es nuestra provincia es fruto del papel asignado al territorio andaluz en el modelo de desarrollo impuesto por el capitalismo europeo. Las políticas neoliberales no han logrado que Córdoba deje de ser dependiente en términos económicos. Córdoba se encuentra a merced de las decisiones empresariales que se toman fuera de Andalucía y de España. Los expedientes de regulación de empleo y los cierres han provocado el dramático abandono de cientos de familias trabajadoras. El gobierno andaluz ha entregado, además, cuantiosas subvenciones que no ha sabido condicionar al mantenimiento de la producción, pero si han servido para fotos electoralistas y, lo que es peor, para el fomento de corruptelas como el escándalo de los EREs.
La solución a este problema solo es posible alzando la voz contra un bipartidismo que entrega millones de euros a la banca pero no tiene dinero para planes de empleo. Alzando la voz contra un bipartidismo que pacta la reforma financiera, terminando de entregar a manos privadas la mitad del ahorro, alojado hasta ahora en las entidades que deben ser el germen de una banca pública: las cajas de ahorros. Para resolver realmente la ausencia de circulación del dinero hacia quien más lo necesita, autónomos y pequeñas empresas, la única solución posible, y la más adecuada desde el interés general, es crear una banca pública que intervenga en el mercado financiero garantizando el flujo de ahorro hacia actividades económicas generadoras de empleo y que sean capaces de trasladar sus beneficios económicos al bienestar de las capas populares y el pueblo trabajador.
Nuestro horizonte en esta materia es una combinación entre la intervención pública en sectores estratégicos (banca, telecomunicaciones, energía, transporte, investigación, suelo), que nunca debieron dejarse en manos privadas, con la puesta en marcha de mecanismos de participación que garanticen la planificación democrática de la economía, un nuevo horizonte de ciudadanía plena, expresada a través de la garantía absoluta de dos derechos fundamentales: el derecho al trabajo y el derecho a la toma de decisiones públicas.
Mientras tanto, la defensa de los derechos sociales emanados de la lucha de nuestros padres y abuelos, se convierte en el centro de nuestra acción programática, siendo conscientes de que en muchos casos ya no se trata de defender derechos, sino de conquistarlos de nuevo. IULV-CA aspira a ser el referente político de uno de los bandos que se enfrentan en este combate de clase. Un combate que tiene un capítulo importante en este mes, con las elecciones andaluzas (y asturianas) y con una huelga general cuatro días después. En este proceso de movilización hasta entones, queremos concretar las propuestas para las que reclamamos el apoyo del electorado cordobés, propuestas viables y en torno a las cuales el pueblo trabajador andaluz y cordobés puede resistir y avanzar en sus derechos.
En el ámbito educativo reclamaremos una red pública de escuelas infantiles así como una disminución de las ratios profesor alumno mediante la contratación de más profesionales de la enseñanza.
En el terreno sanitario exigiremos una mejora de la red de atención primaria de la provincia, con mayor posibilidad de presencia de profesionales médicos, especialmente pediatría y urgencias en zonas rurales. Asímismo, seguiremos insistiendo en las necesarias inversiones en los centros hospitalarios (especialmente el situado en Cabra, el peor valorado de Andalucía) y en la construcción de otros (especialmente el de Palma del Río).
Los Servicios Sociales y su calidad, en una provincia con un alto nivel de población mayor, solo pueden estar garantizados desde la implicación de lo público en su planificación y desarrollo. Impulsaremos un plan para el desarrollo de una Red Pública de Servivios Sociales, similar a la que ya existe en la Atención Primaria sanitaria, que permita la construcción y mantenimiento de centros de día y residencias para personas mayores, utilizando la concertación de estos estos servicios solo en caso necesario, no como regla, y siempre ligados al tercer sector (ONGs y cooperativas), nunca a empresas privadas que no procuran la digna contratación de sus profesionales ni, por lo tanto, la calidad de los servicios que ofrecen.
La protección del medio ambiente en nuestra provincia va necesariamente ligado al impulso productivo en las áreas que afectan los tres parques naturales: Hornachuelos, Cardeña.Montoro y Subbéticas. No queremos que sus habitantes crean que su escaso desarrollo económico tenga que ver con la protección ambiental. Es urgente dar la vuelta a esta situación, exigiendo que el empleo en estas comarcas vaya unido a la explotación sostenible de nuestros recursos naturales. Es necesario y es posible. Para ello pediremos la elaboración de nuevos Planes de Desarrollo Sostenible (PDS) en estos parques, con un mayor grado de participación social y un aumento de la inversión pública. En el apartado medioambiental, haremos que culmine de una vez por todas, la red de saneamiento y depuración de aguas residuales, sin dejar al sector privado tomar decisiones estratégicas (emplazamientos, costes, calidad) y garantizando el buen estado ecológico de nuestros rios y siempre desde la óptica de que el agua constituye un bien ecosocial y no un objeto de negocio para unos pocos.
En materia de transportes, Córdoba soporta la contradicción de ser puerta de entrada y salida de Andalucía pero no cuenta con una red de ferrocarril de cercanías. Llevamos años exigiendo que se invierta en la puesta en marcha de esta red que permita comunicar de este a oeste (Palma del Rio a Villa del Río) y de norte a sur (Puente Genil a Almorchón), articulando la provincia mediante este medio de transporte ecológico y sostenible. Menos dinero para los AVE y más para unir nuestros pueblos y ciudades.
Finalmente, el patrimonio cultural de nuestra provincia padece un intenso proceso de abandono, que se ha visto agudizado con las restricciones presupuestarias de la Junta, que han comenzado por el ya de por si escaso presupuesto para Cultura. La cultura de cada uno de nuestros pueblos y ciudades, su riqueza y diversidad, se ven amenazadas por la política de los grandes eventos. El tejido asociativo o de la economía social sufren para desarrollar una cultura autónoma y crítica. La creación cultural y artística se encuentra cercada entre el mercado y el servilismo institucional. Luego nuestro objetivo es terminar con la influencia de ambos males en la cultura andaluza y cordobesa.
Alba Doblas.