¿De qué hablamos cuando hablamos de Fraga?
Rafael Calero Palma
http://mimargenizquierda.blogspot.com
Como ya sabéis, Manuel Fraga Iribarne ha muerto. Tenía ochenta y nueve años de edad y toda una vida dedicada a la política. Si alguien que no tuviera ni la más remota idea de quién ha sido este hombre en la historia más reciente de este país, se parara a leer los obituarios que la mayoría de la prensa española ha publicado estos días, a ver los reportajes que han pasado en los diferentes telediarios o a escuchar las programas de radio más o menos afines a la ideología del fallecido, la imagen que esa persona obtendría de él, sería, en mi opinión, cuando menos, parcial.
Numerosos han sido los elogios hacia la figura de Fraga tanto desde el PP (se entiende) como del PSOE (se entiende, pero un poco menos), y sobre todo por parte de la prensa más conservadora de este país: “padre de la Constitución”, han dicho algunos; “Defensor a ultranza de la democracia”, lo han llamado otros; e incluso hay quien se ha atrevido a calificarlo como un “trabajador incansable en pos de la libertad”. En fin, vivir para ver.
Sin embargo, no podemos ni queremos olvidar que Manuel Fraga fue durante siete años de su vida Ministro de Información y Turismo (que no era otra cosa que el encargado de dirigir la propaganda del gobierno de Franco). Ahí es nada. El tipo encargado de hacer la cirugía plástica a un régimen político completamente impresentable para que pareciera un poco menos abominable de lo que era. Esto, en la práctica, quiere decir que Fraga participó, apoyó, alentó, estuvo de acuerdo con las decisiones que salieron durante siete largos años de aquellos consejos de ministros presididos por uno de los dictadores más sanguinarios que ha dado el siglo XX. Y no podemos olvidar que algunas de las decisiones tomadas en aquellos cónclaves ministeriales tuvieron que ver con la muerte de seres humanos, con ejecuciones sumarísimas, y con otras muchas barbaridades cometidas contra los más elementales derechos humanos. Fraga Iribarne fue durante toda su vida un feroz anticomunista, antisindicalista, antifeminista, antitodo lo que tuviera que ver, siquiera remotamente, con la libertad y con la democracia. Impresentables fueron sus argumentos defendiendo al régimen franquista por el fusilamiento del militante comunista Julián Grimau e impresentables fueron sus palabras ensalzando a Franco tras su muerte.
Pero aún hay más. En el año 1976, con Franco bajo tierra, Fraga Iribarne ostentó el cargo de Ministro de Gobernación en el gobierno de Arias Navarro (otro fascista que tal bailaba). Como tal, fue el máximo responsable político de la muerte de cinco trabajadores vascos y de más de un centenar de heridos en Vitoria-Gasteiz el día 3 de marzo. Y así podríamos seguir con otras muchas hazañas de tan ínclito hombre.
Hablar de Fraga Iribarne no es sólo hablar de Constitución y del Partido Popular, como nos quieren hacer ver algunos. Hablar de este hombre es, también, hablar de camisas azules, de saludos fascistas, de mujeres rapadas y aceite de ricino, de censura informativa, de miedo y represión, de silencios impuestos, de paseos en la madrugada, de cadáveres junto a las tapias de los cementerios, de exilio y dolor, de banderas victoriosas y ademanes impasibles, de dieciochos de julio y unos de abril, de impunidad nacionalcatólica, de censura y manipulación informativa, de NO-DO y autoritarismo, de dictadura y dictadores.
Ya sabemos que cuando una personalidad de este tipo fallece, todo son parabienes y alabanzas. Además, cuando son ancianos, esta clase de hombres ya no parecen tan fieros (nos acordamos ahora de un envejecido Pinochet intentando esquivar a la justicia o del mismo Franco poco antes de morir) pero dentro de ellos sigue palpitando con la misma intensidad, o tal vez con más fuerza si cabe, la mala leche que han demostrado durante toda su vida. Sería una falta de respeto absoluta hacia la memoria de todas las personas que sufrieron en sus carnes las aberraciones del régimen franquista no dejar bien claro que Fraga fue uno más de ellos: uno de los asesinos de razones y de vidas.
hace 9 años
¿Es usted, por casualidad ligeramente de izquierdas?
hace 9 años
De izquierdas o no, ¿ hay algo en lo que mienta el autor del artículo?.
Si hubiese escrito lo mismo del fallecido Lider de Corea, seguro que lo aplaudias.
Pues tanto monta monta tanto.
La historia será implacable con ambos.
hace 9 años
¿ Y que importa si es de izquierdas? Es un artículo de opinión y solo expresa eso, una opinión (Por cierto que estoy totalmente de acuerdo con Rafa). Si a usted, Sr. Cubaro, le molesta limítese a no leer este tipo de artículos o rebátalo con uno de su cosecha.
Un saludo.
hace 8 años
¿Acaso lo dudas? y otra cosa ¿acaso es malo eso? ¿acaso no es bueno poder ser de lo que uno le da la gana y poderse expresar sin que venga nadie a decir chorradas como esta? ¿acaso piensas, como el muerto, que con Franco vivíamos mejor? pues no chiquito, con Franco este periódico no sería posible y probablemente este que escribe habría sido fusilado, como lo fueron unos cuyas sentencias de muerte firmaron “gobiernos” a los que perteneció el señor Fraga.
Un abrazo.
hace 9 años
Según la teoría del PP. tan asesino es el que apunta como el que dispara. Lo han repetido mil veces con ETA y sus simpatizantes, muchos en la carcel sin dar un solo tiro. Este tema se ve que les gusta. No les gusta tanto el franquismo que a ETA es lo que un dinosaurio a una pulga. Pero bueno, en estos temas llamar hipócritas a la gente del PP es quedarse infinitamente cortos.
Fraga ha declarado más de una vez, con esa clásica arrogancia y altanería socarrona que le caracterizaba, que él apoyó fusilamientos y que solo Dios lo juzgaría.
Pues nada, él mismo se calificaba. Blanco y en botella…
hace 9 años
Pues hablamos, además de lo que reseña el artículo, de la evolución del franquismo a la democracia y de la transición y Fraga fue uno de sus principales valedores. Lo curioso es que personas como Fraga que no sintieron complejo ni renegaron de su pasado se les tenga en entredicho mientras que otras muchas que sabotearon los inicios de esta democracia (¿recordais aquello de Reforma o Ruptura?), separatistas y marxistas, presuman ahora de pedigrí democrático, de toda la vida.
Creo que el artículo, en general, destila espíritu revanchista.
Un saludo.
hace 9 años
Yo creo paco que de pedigrí pueden presumir todos los que durante muchos años han luchado por la libertad y la democracia en España. Muchos comunistas entre ellos. Y muchos a costa de su vida a manos de un estado terrorista y fascista, o de sus secuaces, del que como tu dices Fraga se enorgullecía.
A las cosas hay que llamarlas por su nombre. Fraga es al franquismo lo que el capitán Schettino al Costa Concordia. Cuando el barco empieza a hundirse ya se sabe queines son las primeras que saltan…
Todo el romanticismo de la Transición está muy bonito pero lo de la Ruptura con el franquismo hubiera sido tan legítimo como el apaño (reforma) que hicieron.
Es una pena a estas alturas que algunos se empeñen en dar más rodeos que un palomo en celo para no decir claramente lo que piensan enpeñándose en confundir justicia con revanchismo.
En medio mundo nos están dando lecciones de justicia a los que hemos presumido siempre de modélicos y estamos quedando peor que una república bananera sentado ahora Garzón en el banquillo por una panda de ultrafranquistas. Medio mundo nos mira perplejo y nosotros tan tranquilos en nuestra clásica indiferencia “made in Spain”.
hace 9 años
Una manera ligera y campechana de despachar el asunto pero si somos un poco serios (poco, no somos peritos) veremos:
1º, que la vía de la ruptura hubiera sido legítima si se hubiera decantado la gente por esa opción pero el resultado fue 94,17% a favor de la reforma democrática (participación del 77,72%). El referéndum fue convocado por las Cortes franquistas que, de esta manera, querían abolir el anterior régimen. Papel destacado entonces fue el de Fraga que al parecer había diseñado un proceso diferente al de Suárez y que como sabemos fue el que prevaleció.
2º, la oposición defendió la abstención y fueron muchas las personas (entre ellos, muchos comunistas) que en su lucha por la libertad y la democracia (lo mismo que las otras, vaya, pero sin lucha) se metieron en berenjenales absurdos y a algunos les costó incluso la vida en aquel proceso nada romántico llamado Transición. Responsabilidad de los represores pero también de los que incitaban a rebeliones sin sentido en un frenesí con tintes más de revancha que de justicia. Habíamos muchos inconscientes por entonces deseosos de ver la paloma en la persona de Grimau, según cantaba Violeta Parra y yo mismo repetí (inciso autobiográfico) fácilmente manejables por otros con más “conciencia”.
3º, al régimen de Franco se le puede calificar de muchas maneras, en muchos momentos terrorista y fascista, pero desde muchos años antes de su final (la muerte del dictador) lo integraban cada vez más gente que trabajaban por superarlo y hacer un país democrático. Sin duda Fraga fue uno de ellos y en su cuenta ha habido más acciones en ese sentido que en el contrario.
4, lo de Garzón es otra cuestión que has despachado de manera incongruente. ¿Qué medio mundo es ese que nos mira perplejo? Bueno, es otra cuestión.
hace 9 años
Declaraciones de Fidel Castro sobre Manuel Fraga, cuando visitó este Cuba:“Es que este hombre mundialmente conocido de derecha es mas de izquierda que otros que andan por ahí” . Al poco tiempo respondió Manuel Fraga:”Yo pude haber sido Fidel Castro”.
Dios los cria y ellos se junta.
hace 9 años
jajaja!!…pues si y teniendo en cuenta la de años que se han tirao chocheando…y Fidel aún está en ello.
hace 9 años
Si es muy fácil crticar a un muerto, pero hay otros vivos, como nuestro querido Carrillo que ojalá no se muera nunca, que no debemos olvidar.
Fraga participó en un gobierno de Franco, más bien en varios, pero sin embargo, no participó fusil en mano, ni a través de órdenes de ejecución en ninguna guerra, se dedicó a bañarse en Almería y a promocionar el “Spain is different”, gracias al cual tu tienes algo que se llama internet y no estás como en Corea del Norte, llorando a su difunto presidente, sino que puedes criticar a este hombre que ya ha muerto.
Por cierto, este hombre además de lo anterior formó parte del grupo de los reformistas del régimen, que abogaban por un aperturismo democrático. Parece ser que si bien era anticomunista, hay que saber ver que al menos el ha contribuido con sus actos en vida a mejorar nuestro nivel y logró que España fuese un referente, al menos en lo que en turismo se refiere, en el mundo.