Tras la Feria, la Huelga General

 Fiel a su cita con el verano aguilarense, la feria nos situa ante un escenario que, aunque reiterativo, nos anima a celebrar todos los años estos días en claves anímicas muy diferentes a las de la rutina diaria.

 Esta exigencia vivencial requiere, en muchos casos, un esfuerzo para quienes afrontan la celebración desde ámbitos personales problemáticos o desventurados. Por ello, no todos recibimos la llegada de la Feria con el mismo regocijo.

 Que duda cabe que la economía constituye una de las incertidumbres que más abruman actualmente a las familias de Aguilar. La realidad de muchos hogares, donde el desempleo afecta a la totalidad o parte de sus miembros, proyecta un horizonte de inseguridades que coarta la disponibilidad al ocio con que se nos convoca desde la tradición festiva. A pesar de todo, hay que vivir la Feria, porque ella nos regala momentos donde relajar, que no olvidar, las circunstancias que nos abaten el espíritu.

 Y la Feria pasará, y cada uno la contará según le haya ido…..,. Volveremos entonces al contexto que condiciona nuestras vidas. El paro y la crisis priorizará nuevamente las preocupaciones y afanes de la mayoría de los aguilarenses, y la desconfianza nos hundirá de nuevo el ánimo.  

 Y es a partir de ese momento cuando el esfuerzo a realizar no será ya el de sobreponernos a la desdicha que comporta nuestra situación laboral, sino el de afrontar y dilucidar el porqué del sufrimiento al que nos vemos avocados por los estamentos más siniestros del capitalismo europeo y mundial.

 Pasada la Feria, la inmensa mayoría de los aguilarenses deberíamos tomar conciencia de nuestra condición de clase obrera vapuleada por el Sistema que ha convertido la vida del trabajador en moneda de cambio bursátil,  revalorizada o degradada dependiendo del interés especulativo de cada momento.

 Contraponer la realidad bajo el riguroso calor del estío agosteño debe inducirnos  al desafío de que, solo con la lucha puede redimir la clase obrera el siniestro futuro que le aguarda ante la ferocidad con el capitalismo está desbrozando todos los derechos adquiridos tras más de un siglo de lucha proletaria. 

 Afrontar la realidad tras la celebración de la Feria debería disponernos para contribuir personal y colectivamente a que la próxima Huelga General sea el punto de inflexión, a partir del cual, los trabajadores nos revelemos contra quienes han convertido nuestra existencia en mera mercancía a disposición del Capital.  

 Antonio Maestre Ballesteros             



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