El aparcamiento en nuestro Aguilar se está convirtiendo en una especie en vía de extinción y como tal debería ser protegido por los poderes públicos, como lo es el lince ibérico o el pato malvasía que ya no habita nuestra querida laguna.
Sus principales depredadores en nuestras calles han sido y son de varios tipos:
En primer lugar tenemos el burlesco «Paso de peatones», especie llegada de otras localidades, ya que hasta hace poco era rarísimo poder encontrar alguno en Aguilar de la Frontera, y que en los últimos años proliferan como setas. Son de diverso tamaño y altura, algunos, como cualquier otra especie, muy apreciados por los lugareños que se han acostumbrado a ellos y los ven como un elemento imprescindible de nuestra fauna urbanística, pero otros los encontramos mimetizados con forma de badén, en calles estrechas como por ejemplo los dos que parasitan la calle Pozuelo, y que lejos de cumplir su función de paso de peatones, por el aparcamiento alternativo sobre la acera en un lado y otro de la calle, nos han dejado sin un par de aparcamientos y con una motivo más de denuncia para los agentes de la ley y el orden.
Otro depredador del aparcamiento ha sido el nuevo urbanísmo llegado tras el «Plan ñ» que ha provocado el engorde de numerosas aceras, dejando un aparcamiento sí, otro no, uno sí otro no,… (la mitad menos de aparcamientos) y el problema es que para adelgazar las aceras nuevamente nos costaría el dinero a todos.
Otro gran depredador de aparcamientos ha sido el nuevo camión de la basura (más motivos para alegrarnos de la implantación de los nuevos contenedores). Este bicharraco debido a su envergadura necesita espacio para maniobrar, por lo que en la calle la Tienda se ha prohibido el aparcamiento desde la esquina de la calle Ovejas hasta la calle Pintada (de 6 a 8 aparcamientos menos)
Y por último tenemos el peor de todos los depredadores posibles… «el absurdo» como el que ilustra la fotografía de este artículo y que es también fuente de denuncias por parte de los agentes de la ley y el orden. La calle en cuestión es la calle Ovejas y la fotografía está tomada en la parte baja, justo antes de las curva hacia la Cagona. En esta calle al igual que en tantas rige un prohibido aparcar por tocas en un lado u otro de la acera, el tema es que hasta hace poco los coches podían aparcar a ambos lados de la calle al ser bastante más ancha y permitir en la zona más ancha el paso hasta del bicharraco del camión de la basura o un autobús de línea que pasase.
Debido a esta depredación incontrolada que están sufriendo la especie urbana del aparcamiento y teniendo en cuenta que como especie asentada en nuestra localidad que paga religiosamente su impuesto de circulación, se debería empezar a proteger. Sin ir más lejos, a esos mismos agentes de la ley y el orden, durante sus largas horas de patrulla, se les podría ocurrir, simplemente, subir el disco de prohibido aparcar hasta la altura de la primera nave, y ¡¡¡ zassss!!! de cuatro a cinco aparcamientos recuperados de la extinción y sin necesidad de gastarse un duro en programas especiales de recuperación de la fauna urbana. De paso podrían venir hasta a echarse una foto el que esté encargado de estos asuntos, total con tal de recuperar algún aparcamientos iríamos a ver cortar la cinta.
José Miguel de la Rosa Sánchez
Notas: Esto iba a ser una foto denuncia, pero la denuncia se la ha llevado el dueño del coche oscuro. Si corre, paga sólo la mitad