El sábado viví uno de los días más importantes de mi vida. No diré feliz, porque las emociones fueron contradictorias y demasiado intensas.
En el Palacio de Congresos de Granada se graduaron los nuevos Licenciados en Farmacia de este año. Entre ellos, la niña de mis ojos.
Recuerdo como si fuera ayer los días en que mi hija contaba alrededor de diez años. Comíamos viendo la tele y había un anuncio de algún producto que ya no recuerdo. En ese anuncio se hacían una pregunta: “Qué estará haciendo ahora la persona que invente la vacuna contra el SIDA? Mi hija, con la calma y la seriedad que la caracterizaban ya desde pequeña respondía casi siempre: “Está comiendo.” No sé, mi amor, si llegarás a la meta que te propongas aunque visto lo visto eres capaz de todo.
Ya casi eres Licenciada en Farmacia y dentro de ella quieres micro-biología, que es a lo que aspirabas de pequeña.
Dentro de esa generosidad a raudales recuerdo una frase tuya:” Mamá, si yo estuviera alguna vez en un laboratorio en que se inventara algo para curar a las personas, sería feliz. Aunque lo que yo hiciera fuera barrer el suelo de ese laboratorio”. En ese camino andas. Un camino plagado de carencias. No te ha faltado qué comer aunque sí otras cosas que para algunos son importantes. No sabes dónde se hacen los porrones, ni los barriles, has ido de paso a Pedro Antonio, la calle de la marcha y has visto por la tele la feria de Granada, el macro-botellón y las fiestas de los demás.
Llevas 5 años pegada a los libros y honrando a tus padres. Te has conseguido las becas porque no quieres ser una carga para nadie; Sabiendo como sabes que lejos de eso eres el orgullo de los tuyos.
Con estas confidencias quiero romper una lanza a favor de la juventud. Allí había más de 300 estudiantes recibiendo su beca de fin de carrera. Jóvenes aspirantes a participar en la consecución de un mundo mejor.
Con estas líneas nombro uno por uno a todos los que os habéis graduado este y los años anteriores; porque sois la esperanza de los que ya vamos cogiendo el camino de vuelta. No quiero sin embargo dejar de nombrar a algunos : Cristobal (Ambientales), Manolo (Arquitectura), Irene (Magisterio), Carmen María (Enfermería)…….
A los que vais haciendo el camino con alguna dificultad añadida ( Maldita sea la dificultad y benditos vosotros que la peleáis : Loli (Derecho) Mari (magisterio) Ana ( Mi preciosa doctora) y Migue (Mi príncipe bachiller).
A los que han cogido el camino que algún día los llevará al destino : Javier, Pablo, Laura, Alex, María y Paco.
La senda es dura y caprichosa, porque no siempre sale lo que se pretende a pesar del esfuerzo, Pero el logro empieza en el camino y este va en el día a día, examen a examen, práctica a práctica.
Por eso esta madre no cabe en sí de gozo y este homenaje incluye a los que quisieron y no pudieron, a los que pudieron, abandonaron y retoman; A las madres que siempre están de guardia día y noche. Desde preparando taper, haciendo malabares con la economía, o animando en los momentos duros. Una madre no tiene descanso, ni vacaciones. La mía no hubiera sido más feliz sentada en su silla de ruedas en este acto y mi padre se hubiera colmado de orgullo.
Hay esperanza con esta juventud, así lo creo. Que vuestros sueños se cumplan, que la vida os sea amable y que nunca olvidéis de dónde venís.
El futuro es vuestro, exprimidlo. Y que muchas madres se sientan como hoy me siento yo.
PD: Perdona Clara que no te consulte si publicar estas letras; de haberlo hecho, tu modestia y timidez no me lo hubieran permitido.
Ramona Zurera Maestre.
Imagen: Universidad de Granada