En el desatinado maremágnum de recortes que a diestro y siniestro está acometiendo el PP, como animal desbocado que pretende arrasar con todos los resortes democráticos de este país, le toca ahora a los sufridos Ayuntamientos, a los que la derecha española está cercando de manera tiránica, interviniéndolos y despojándolos de cualquier recurso económico que pudiera incidir en paliar los graves problemas de supervivencia que tienen muchos ciudadanos.
Con el demagógico y malicioso discurso totalitarista de que sobran políticos, y que éstos constituyen un mal social que hay que amputar, El Gobierno del PP mete la tijera antidemocrática a las Corporaciones Municipales, suprimiendo pueblos y reduciendo drásticamente el número de ediles, con el claro objetivo de mermar la diversidad y pluralidad política, intentando consolidar en todos los estamentos de gobierno del Estado español el perverso sistema bipartidista que nos ha conducido a la catastrófica situación social y económica que padecemos.
El PP pretende con argumentos zafios e infantiles engañar a la sociedad, como lo vienen haciendo desde que ganaron las elecciones, demonizando el trabajo de los alcaldes y concejales durante los años del periodo democrático, cuando éstos han constituido, salvo las excepciones de cargos públicos corruptos, que los ha habido de todos los colores, pero mayoritariamente salidos de las filas del PP y PSOE, la administración más cercana al ciudadano y la que mayores problemas le resuelve.
Suena a excusa pueril el reducir el actual número de concejales para ahorrar en gasto público, cuando son los políticos que menos cobran y más altruistamente trabajan por el bien de su comunidad, mientras el propio PP refuerza el papel de las Diputaciones Provinciales, en una más de las falsedades electorales que está realizando. Una promesa más que no sólo no ha cumplido, sino que ha hecho todo lo contrario a lo que prometió. Prefiere reforzar las Diputaciones cuyos cargos no son elegidos directamente por los ciudadanos, y suprimir los concejales que sí necesitan del plebiscito del pueblo.
Estamos, pues, ante una de las medidas que más van a mermar la calidad democrática de este país y el principio de justa representatividad de los ciudadanos. Un atentado contra la democracia y el derecho al autogobierno de las administraciones locales que, para mayor escarnio, la derecha fascistoide pretende vender a la sociedad como una acción política positiva e ineludible.
Quiere enmascarar el PP su incompetencia en el gobierno de la Nación convirtiendo en una prioridad la tesis de que existen demasiados políticos en nuestro país, y sin embargo no pone remedio para que estos cumplan con su función correctamente, que no es otra que la defensa de los intereses de los ciudadanos a los que representan. Pronto dirá el PP que lo que sobra para poder llevar a cabo su malévola acción de empobrecimiento de la sociedad española es la política, y ya todos podemos intuir cual será su alternativa. .
Ataca el PP a los Ayuntamientos pero no reforma la ley electoral que le permite tener con menos del 50% de los votos la mayoría absoluta del Parlamento, aunque visto lo visto, mejor que no la toque, no vaya a ser que a estos visionarios le tiente la idea de suprimir la sede de la democracia española, dejándonos sin los pocos espacios de libertad que aún no han conseguido recortar, y además lo hagan con el descaro de aducir, como con los recortes sociales, que es la única solución para salvar España.
Antonio Maestre Ballesteros