CALLE SAN ANTÓN
Es importante aclarar que en el devenir histórico de esta nomenclatura, ha sido ostentada por dos calles distintas. De la primera conocemos que existió entre los siglos XV al XVII, y su trazado discurría desdela Puertadel Hierro a la primitiva ermita del Santo. Su cronología debió arrancar con la fecha de construcción de la ermita, levantada en la ladera Oriental del Cerro del Castillo en las postrimerías del siglo XV o principios del XVI.
Las noticias referenciales a la primitiva calle son constantes en los documentos del último siglo citado. Así, en 1554, se nombra en la testamentaria de Alonso de Jaén:
Unas casas por la calle de San Antón[1].
Un punto de inflexión en la historia de la primera ermita y la calle que ostentaba dicha nomenclatura sucedió en 1749, al construirse un nuevo templo en los terrenos limítrofes al solar que ocupaba el primitivo. Este cambio de ubicación motivó la alineación de la actual calle de este nombre, cuyo origen debemos situar en el primer tercio del siglo XIX.
Coincidiendo con la nueva ubicación de la ermita surgieron varios caminos o servidumbres que se dirigían a la misma desde los parajes colindantes, y que, pasado el tiempo, se convirtieron en trazados de nuevas vías urbanas. Tal es el caso de las actuales calles Manzanares y San Antón. El Catastro de Ensenada describe la existencia de un camino que desdela Candelariase dirigía a la ermita del Santo a mediados del siglo XVIII.
…confronta a levante con el camino que de la calle Pintada va a la Fuente de las Piedras, a poniente con otro que de Manzanares va a la dicha fuente, al norte con don Diego Dávila, y al sur con el camino que de la Candelaria va a San Antonio Abad[2].
Deducimos que al no existir aún la calle Belén, el camino que alineó a la calle San Antón tomaba su trayectoria desde el camino de San Sebastián, girando a la izquierda en dirección a la ermita del Santo, a la que llegaba atravesando el denominado Camino Ancho. Podemos convenir que la calle Belén no se originó como tal hasta finales del siglo XVIII, fechándose en las primeras décadas del XIX la ocupación de sus solares con viviendas. Las primeras casas que se alinearon en la servidumbre que se dirigía a la ermita de San Antón se situaron en los terrenos limítrofes a la antedicha calle, ampliando su número posteriormente durante la década de 1830.
El primer padrón de habitantes que registra la existencia de la calle se fecha en 1834. En él se contabilizaron un total de seis casas sin numeración, dato que confirma la modernidad de las mismas. La calificación profesional de los vecinos respondía a la de: varios jornaleros, un arriero, un sillero, y dos albañiles[3]. Los datos manejados revelan que la evolución en cuanto al incremento del número de vecinos y casas fue bastante lenta, no llegándose a colmatar con viviendas todo el trayecto hasta el siglo XX. Los padrones de habitantes de la segunda mitad del siglo XIX indican que, en 1870, contaba con ochenta y cinco habitantes. En ese padrón las casas se numeraban del 1 al 15 y del 2 al 8[4]. Los datos del padrón de riqueza urbana de 1879 arroja un número de habitantes aún menor, al contabilizarse tan solo doce vecinos, más los que habitaban en la ermita del Santo, en el Cementerio, y en el molino de Antonio Varo[5].
El padrón de edificios y solares de 1927 señala la numeración de la calle y los propietarios de las casas:
NÚMERO CASA | PROPIETARIO |
Nº 1 | Francisco Carmona Cañadillas |
Nº 3 | Juan Toro Cano |
Nº 5 | José Arenas |
Nº 7 | Carmen García |
Nº 9 | Francisco Miranda Fernández |
Nº 9 | Antonio Sánchez Varo |
Nº 11 | Antonio Campos |
Nº 13 | Manuel Arenas |
Nº 15 | Josefa Flores Arjona |
Nº 2 | Francisco Flores |
Nº 4 | Francisco Cano García |
Nº 6 | Antonio Postigo |
Nº 8 | Antonio Prieto Córdoba y otros |
Nº 10 | Teresa Paniagua Pacheco |
AMA. Padrón de Solares y Edificios 1928. Leg 471. Elaboración Propia
Estos inmuebles se ubicaban en el tramo del camino que abarcaba desde la calle Belén al Camino Ancho. El segundo tramo, una vez que se atravesaba el Camino Ancho, continuaba recto hasta la ermita, sin viviendas y sin urbanizar, debido, entre otras causas, a que el terreno por donde discurría fue ocupado en la década de 1950 con el edificio de las escuelas que se levantaron en este lugar, denominadas también con el nombre del Santo.
Esta calle ha mantenido inalterable la nomenclatura desde su origen hasta la actualidad.
NOMENCLATURAS
CALLE SAN ANTÓN: la actual calle surge en el primer tercio del siglo XIX sobre el camino que conducía a la que fue segunda ermita de este Santo en Aguilar, derruida en la década de 1940. La existencia de la nomenclatura en el callejero es tan remota como la presencia en el mismo del primer templo dedicado a San Antón. La existencia de las dos ermitas -la primitiva levantada a finales del siglo XV o principios del XVI y la segunda a mediados del XVIII-, originó la rotulación de las dos calles que han exhibido esta nomenclatura, ambas cercanas o lindantes a cada una de las ermitas. En los protocolos notariales de principios del siglo XVII aparecen referencias a la primera calle que ostentó dicha denominación.
Sepan cuantos esta carta vieren como yo María de Vilches, vecina que soy de la villa de Aguilar, estoy y reconozco esta presente carta que debo (….) de dar y pagar, y daré y pagaré y de quién mis bienes tuviere de haber a Bartolomé de Carmona, clérigo presbítero vecino de esta villa(………..) cuarenta reales de cada uno de dos años contados desde el día de San Juan de junio de este año en adelante, los cuales son del arrendamiento de unas casas de morada que me arrendó en esta villa por el tiempo y precio que son en la calle de San Antón , linde con casas de Juan de Lucena Tejedor y con la ermita del Señor San Antón….[6]
San Antonio o Antón de Egipto, llamado también el Abad, el Ermitaño o el Grande, nació en el pueblo de Coma, cerca de Heraclea, en el alto Egipto, en el año 251 y murió en Monte Colzím, Egipto, en el 356. Fue un monje cristiano, fundador del movimiento eremítico. El relato de su vida, transmitido principalmente por la obra de San Atanasio, es más que nada una idealización de un personaje con el fin de evangelizar a sus contemporáneos. Presenta la figura de un hombre en santidad y lo convierte en modelo de cristianos. Tiene elementos históricos y otros de carácter legendario; se sabe que abandonó sus bienes para llevar una existencia de ermitaño y que atendía varias comunidades monacales en Egipto, permaneciendo eremita. De acuerdo a la leyenda alcanzó los 105 años de edad[7].
Gran tradición y predicamento ha tenido en Aguilar esta devoción, contando con ermita propia y cofradía desde finales del siglo XV o principios del XVI. Tras ser derruido el segundo templo, en la década de 1940, la imagen primitiva fue trasladada ala Parroquiadel Soterraño y colocada en una de las hornacinas laterales del retablo de la capilla de Jesús Nazareno, donde se conserva actualmente. Por los rasgos estilísticos que presenta puede fecharse su autoría en el siglo XVI.
[1] APS. Visitas Pastorales 1554 – 1580.
[2] AMA. Catastro de Ensenada – seglares, Leg. 396.
[3] AMA. Padrón de Habitantes 1834, Leg. 212.
[4] Ibidem. 1870. Leg, 223.
[5] AMA. Padrón de Riqueza Urbana 1879, Leg. 1535.
[6] AHPC. Oficio 1 Fernando de Herrera, 1606, Sig. 6040.
[7] http://es.wikimedia.org/wiki/Antonio _Abad.