En la provincia de Córdoba hay un total de 198 personas que han superado los cien años de edad, según se desprende de los últimos datos sobre población del Instituto Nacional de Estadística (INE), a fecha del 1 de julio de 2013. De estas personas con más de un siglo de vida, 45 son hombres y 153 mujeres. Todas ellas han sido testigos de la evolución casi completa del siglo XX y, además, están ya pisando el XXI.
Es el caso de Soterraño Valle que nació en Aguilar de la Fronterael 2 de febrero de 1911. En poco más de un mes cumplirá 103 años. Sin duda una de las cordobesas más longevas que ha tenido una vida intensa y trabajada. Aunque ahora vive de manera sosegada y tranquila en la Residencia SAR QUAEVITAE Remedios de Aguilar, su biografía está plagada de mil y una aventuras.
Con una mente más que lúcida recordó su niñez en la calle Calvariode Aguilar, cuando aún no había agua corriente y «teníamos que traer el agua desde una fuente cercana». Allí también tenían que ir para lavar la poca ropa que se tenía entonces. Por eso cuando estrenaron el primer grifo se vivió como una auténtica celebración.
Recuerda algunas incidencias de la Guerra Civil «aunque por suerte en mi casa ni en mi familia no se perdió a nadie». También las humildes fiestas de Navidad y Semana Santa cuando se hacían buenos dulces caseros.
Con unos 27 años se casó con José López, el amor de su vida. La suerte no quiso sonreírle para traer hijos al mundo. Con apenas dos años se le murió una hija y otro varón, que llegó después, nació muerto. Pero ella afirma con rotundidad que «no estaría de Dios tener hijos».
En la década de los cuarenta emigró a Gerona. Allí vivió más de treinta años y trabajó en todo lo que salía. Sobre todo en las distintas campañas agrícolas de uva y frutas tanto en Cataluña como en Francia. También «hacía faenas de hogar en algunas casas porque había que ganar dinero». En su forma de hablar se nota que siempre fue una mujer activa y constante. A pesar del intenso trabajo «nunca tuvimos para derrochar, vivíamos bien pero íbamos al día». Regresó a Aguilar con más de sesenta años cuando se jubiló su marido. Una vez de vuelta a su pueblo residió en la calle Membrilla dónde habían comprado una casa a medias con su cuñada.
Ahora, con casi 103 años, tiene buena salud «aunque tengo un resfriado que me está dando la lata», afirmó.
A.B.C. Córdoba
J.P. / AGUILAR
