El Domingo de Carnaval se ha consumido entre las resacas de la larga noche de fiesta, en la que se conjuró a los duendes del tiempo para hacerse los locos ante la ventolera de frio y agua, y al mediodía del domingo en el Carnaval del Barrio Bajo, donde se asienta la solera de la fiesta por los siglos de los siglos. Ya en la tarde el broche final con la celebración infantil en las Coronadas, en la que una llovizna inoportuna rompió la magia y alegría con que los niños y niñas estaban disfrutando de los animadores.

Ya pasó el Carnaval deslizado por las nubes de borrascas  y se espera la Cuaresma recordando los refranes de la lluvia y el agua. Si ha llovido en  Carnaval esperemos que no llueva en Semana Santa.

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