Dedicados a la venta de castañas cocidas o asadas, los tradicionales castañeros o castañeras mantienen un oficio que remonta sus orígenes al siglo XVII y fue muy popular en la centuria del XIX, sobre todo en las grandes poblaciones y ciudades de España. Para su quehacer, el castañero suele disponer de un pequeño fogón que hace la lumbre y una rejilla sobre la que se ponen las castañas para asar.
En algunas ciudades es habitual el establecimiento de puestos callejeros fijos o móviles en que los castañeros asan y expiden castañas, generalmente, envueltas en un trozo de papel o dentro de un cucurucho. Esta típica estampa que anuncia la llegada del invierno se puede contemplar ya en nuestro pueblo, de jueves a domingo, en el puesto de Manuel Jiménez, “el rubio”, situado en la Barriada del Carmen.