El calor tórrido del verano que estamos sufriendo estuvo muy presente en la jornada de ayer, en la que se culminaron las Fiestas del Carmen, que durante los últimos cuatro días se han venido celebrando en la popular barriada erigida a mediados del pasado siglo XX en la antigua Dehesa Vieja, limítrofe a las tapias del convento de los Carmelitas Descalzos de Aguilar.
El final de las fiestas se ha hecho coincidir este año con la onomástica de la Virgen del Carmen, constituyendo la procesión de la imagen carmelitana el acto principal de esta jornada. Con las últimas luces del día inició su recorrido el cortejo que acompañaba al paso de plata sobre el que se porta a la Virgen, y que recorre las calles del entorno del templo, entre las que destaca la calle del Carmen, que se exorna todos los años para la ocasión, así como la Avenida Miguel Cosano, vial principal de la barriada, donde se ubica la celebración de la verbena, y por la que discurre también el cortejo procesional cuando vuelve ya camino de su templo.
Esta tradicional procesión, cuyos orígenes se remontan al siglo XVII, sigue pues constituyendo el epicentro de unas celebraciones religiosas y festivas que siguen acaparando el interés del pueblo y que marcan el calendario festivo de Aguilar en las primeras semanas del mes de julio. Destacar de la procesión también el buen hacer de la Banda Municipal de Música en el escogido repertorio de marchas procesionales que interpretó a lo largo de todo el recorrido.