Este tórrido verano nos está mostrando en la política local una de sus caras más lamentables: la imposición de un proyecto de obras en contra de la mayoría de los grupos municipales. Así ha sido, aunque quizás la mayoría de los ciudadanos no lo sepan. Ni IU, ni PA , ni PP, estaban de acuerdo en efectuar el proyecto de obras ejecutado en las escaleras del Cerro. Han sido víctimas del engaño del PSOE, que les indujo a aprobarlo por urgencia en un Pleno para que no se perdiese la subvención, porque se cumplía el plazo, pero con el compromiso de que se modificaría antes de ejecutarlo.
Por desgracia es moneda habitual en Aguilar hacer verdaderas atrocidades en los proyectos de obras más importantes sin tener en cuenta a los demás grupos políticos, ejemplos podemos poner unos pocos: Travesía de la Carretera, Carretera del Cementerio, Llano de la Coronadas……, y ahora las Escaleras del Cerro.
El alcalde ha obrado en este proyecto como le ha dado la real gana: incumpliendo compromisos políticos, faltando a su palabra, y también a la firma estampada en un documento, junto a la de IU y PA. Ese documento recogía el compromiso de los dos grupos de aprobar los Presupuestos del 2015 con la condición de realizar las obras de las escaleras del Cerro eliminando la barrera arquitectónica.
Engañados y ninguneados han quedado los partidos políticos y también los profesionales que, con la misma ingenuidad que IU y PA, creyeron en la palabra y firma del alcalde, y acudieron al concurso de ideas convocado por el Ayuntamiento con el fin de eliminar la barrera arquitectónica en las escaleras del Cerro. Desechando el trabajo realizado por esos técnicos aguilarenses para elaborar y presentar sus propuestas, y en un mal ejercicio de sus funciones, el alcalde decide el desbaratamiento de todos los acuerdos y ejecutar el proyecto de obra que sólo contentaba a UPOA. Da la impresión de que, más allá de otras consideraciones, lo único que le preocupaba al alcalde en este proyecto era satisfacer a dicho grupo político.
Para mayor escarnio de las arcas municipales, mientras el alcalde desojaba la margarita de qué proyecto ejecutaba, se la cumplieron los plazos, y al final, el desatino de obra se ha tenido que terminar con los recursos humanos propios del Ayuntamiento, ya que no se hizo con los oficiales y peones de las Obra Per. De esta forma, la obra ha tenido para el Ayuntamiento un sobre costo muy considerable, que todavía no se ha cuantificado.
Ahora, cuando se ha consumado el disparate, y no hay vecino en este pueblo, y allende de nuestras fronteras, que no se lleve las manos a la cabeza cuando ve el despropósito realizado, todos los responsables miran para otro lado, el alcalde el primero. ¿Veremos a la máxima autoridad local inaugurar la flamante obra?. Apuesto a que no. Pero ¿quién es el responsable de estos hechos?, sin duda el único responsable es el alcalde.
Podríamos seleccionar un catálogo de nombrajos y chistes que le han puesto a la callecita: escurridero, trampolín de saltos de esquí, pista de aterrizaje, como siempre en este pueblo toda la fuerza se nos va en los chascarrillos.
¡Qué pena que se haya cometido tal barbaridad!. De haberse ejecutado el segundo proyecto presentado por el Perito Municipal, ahora contaríamos con una calle que podrían subir incluso las sillitas de minusválidos, eliminándose así la barrera arquitectónica, que era el principal objetivo de estas obras. Lo dicho, el responsable el alcalde, y subsidiariamente los que lo votan.