Se denuncia un posible caso de niño robado en Aguilar

IMG-20150914-WA0004El día 07 de noviembre de 1964 Carmen Luque Carrillo daba a luz a su primer hijo en la Residencia Teniente Noreña de la capital cordobesa, a un niño prematuro que tuvo que quedar ingresado al nacer con un peso de 1,900 Kg.

Durante el ingreso los padres, Antonio Avilés Sánchez,  Carmen Luque Carrillo y familiares  se desplazaban todos los días a Córdoba para velo, y veían como día a día iba mejorando y cogiendo peso.

El día 15 de noviembre cuándo los padres del bebé Antonio Avilés Luque, todavía venían de vuelta del hospital, un vecino que regentaba un bar, recibió una llamada telefónica desde el hospital para comuniarles que les avisara a los familiares de que el bebé había empeorado pero que no se pusieran en camino hasta que el hospital no avisara de nuevo.

Los padres no esperaron de nuevo la llamada y se personaron en el Hospital, al llegar en la centralita les dijeron que el niño había muerto. Se sorprendieron puesto que según testimonio de la madre,  Carmen Luque Carrillo, horas antes lo habían dejado ya manoteando sus brazitos.

Pidieron verle, y después de dudarlo por parte del personal del Hospital se lo enseñaron, a un bebé entre algodones, del cual, sólo vieron un hombrito con la piel muy arrugada que nunca se convenció de aquella imagen. También cuándo llegaron los padres, ya estaba allí personal de una funeraria.

Carmen les comunicó que su madre tenía un seguro de defunción, por si se podría traer al bebé hasta Aguilar para ser enterrado, cosa que le negaron el hospital, tranquilizándolos diciéndoles que ellos se volvieran hasta su pueblo que ya el hospital se encargaba de todo. Ante la ignorancia de éstos y respetando las instrucciones del hospital así lo hicieron y nunca más supieron del lugar de sepultura de su bebé.

Carmen, desde siempre ha querido saber dónde estaría ese primer hijo enterrado, porque nunca estuvo convencida de cómo ocurrieron los hechos del fallecimiento, ya que además ningún profesional médico le comunicó a que se debió la repentina muerte de su bebé.

Estos hechos han sido contados muchas veces al resto de sus hijos, pero siempre se ha tomado como una cosa normal de la época.

A raíz de las noticias en prensa, de casos muy similares de Niños Robados, Carmen y su familia se pusieron en alerta porque la pérdida de su primer hijo fue muy semejante  a los casos de muchas familias en todo el ámbito nacional.

A iniciativa propia, la familia Avilés-Luque se puso a buscar por los cementerios cordobeses, en el que el niño Antonio Avilés Luque, no consta en ninguno de sus libros cómo fallecido.

Se personaron en el Registro Civil, dónde se puede comprobar que está inscrita su defunción, sin que coincida la fecha de su muerte, con la que consta en el Libro de Familia, y otra irregularidad es que en el Registro Civil aparece cómo enterrado en el Cementerio de San Rafael, sin embargo en dicho cementerio no consta.

Toda esta incertidumbre y dudas han hecho que la Familia Avilés-Luque haya decidido adherirse a poner una denuncia conjunta a través de la Asociación Anadir ante la Fiscalía para esclarecer los hechos, cómo tantas y tantas familias de todo el ámbito nacional vivieron en aquella década, en una trama supuestamente existente de Niños Robados.

 

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