Como en las jornadas precedentes, la tarde noche del Martes Santo estuvo marcada por la meteorología adversa que planteaba mucha incertidumbre sobre la salida procesional de la cofradía de Jesús Preso. Finalmente, y con un cielo cubierto de grandes nubarrones, a la hora prevista se abrieron las puertas principales de la iglesia de la Veracruz, e inició su Estación de Penitencia la joven hermandad.
Las calles se llenaron de público para contemplar el discurrir de los dos pasos que integran un cortejo que este año estuvo acompañado musicalmente por la banda de cornetas y tambores “Maestro Valero” en el paso de Cristo, y la banda de música de Herrera en el palio de la Virgen de los Desamparados, destacando en ambos casos el buen hacer de estas agrupaciones musicales, que engrandeció aun más el desfile procesional de la cofradía.
A medida que avanzó la noche se fue asegurando la climatología, lo que permitió a los cofrades realizar su procesión con mayor tranquilidad y deleitarse en la belleza de los dos pasos que lucían esplendidos con los candelabros y candelería encendidos. Resaltaba como siempre la valía artística del Ecce-Homo (Preso), sin duda una de las joyas escultóricas de la Semana Santa de Aguilar. A la una de la madrugada, la cofradía volvía al Llano de la Cruz para recogerse en el templo arropada por una aglomeración de personas que no quisieron perderse este emocionante momento.