Un centenar de ciclistas de Aguilar, Montilla, Moriles, La Rambla, y Huertas Bajas, conformaron el nutrido pelotón participante en la Quedada organizada por el Club MTB Aguilarense en el domingo 10 de abril. Una actividad que engrandece a este bello deporte al compartir ruta vecinos de pueblos hermanos que confraternizan e incrementan lazos de amistad pedaleando. Una ruta que ha sido espectacular según los participantes por el buen desarrollo que ha tenido y la belleza de los caminos y pueblos transitados.
A las 8,30 de la mañana partía el nutrido grupo de Aguilar desde la gasolinera Las Viñas en dirección al recinto ferial para bajar por las laderas del Castillo hasta la Estación y cruzar el río por el puente de la Antigua, subiendo la cuesta de Cerro Blanco en dirección al cortijo de la Roana y vereda de la Compañía. En este punto se integró al pelotón el grupo que había partido desde Montilla. Desde ese lugar se bajó por la vereda hasta el monolito de la Virgen de Los Remedios donde los ciclistas se incorporaron a la carretera de la Fuente Don Marcelo en dirección al Santuario.
Alcanzado el Santuario se inició la dura subida del camino de los Pollos que lleva hasta Jarata, desviándose el grupo en este lugar con dirección a Cañalerma donde se superó uno de los repechos más exigentes del recorrido. De Cañalerma se tomó dirección a la Rambla por un camino que presentaba en el tramo de acceso al pueblo alfarero una pendiente muy pronunciada que costó superar. En la Rambla fue el avituallamiento principal de la ruta con un descanso de casi media hora.
Repuestas las fuerzas y energías se tomó dirección a Montemayor por el camino de las Capellanías. Poco tiempo después se alcanzó el pueblo donde se reagrupó el pelotón iniciando un trayecto de la ruta bastante exigente, como fue la subida a las Canteras y posterior bajada al camino del cortijo del Chorrillo, punto logístico donde se volvió a reunir el grupo para superar las rampas del camino que lleva hasta la Vereda de Los Limones, y por ella hasta la Avenida de las Camachas.
Ya en Montilla abandonaron la ruta los ciclistas de este pueblo, continuando los restantes por el camino de Fuente Álamo para alcanzar otro repecho considerable en la ruta como fue la cuesta del Toro. Desde ahí se continuó hasta el arroyo Benavente, frontera de los términos entre Montilla y Aguilar, y se inició la última y dura subida, con las fuerzas muy mermadas, que comenzó en el puente de Vado Castro y continuó hasta el los Borrachos, subiendo la Trinchera para llegar a las puertas del Cementerio. Desde ese punto se bajó por la carretera hasta el inicio del camino de Las Culebras, último repecho que se superó para acceder al camino del Padre Herrera, llegando así al Polideportivo y calle Hormigosa, entrando en el pueblo cuando eran las dos en punto de la tarde y caían unas leves gotas de agua.
En total los ruteros que partieron y volvieron a Aguilar completaron una ruta de algo más de 60 kilómetros, superando un desnivel total de más de 800 metros, y una dificultad que se puede considerar de media alta. La falta de incidencias destacables y la buena temperatura, con fresco en las primeras horas, ha aliviado bastante el esfuerzo realizado por los ciclistas, y les ha hecho disfrutar de una jornada perfecta de bici, naturaleza, y camaradería entre aficionados de la comarca, fin principal de esta actividad.
