La plaza de los Desamparados se volvió a llenar de bullicio infantil y juvenil en el último día del año. La fiesta de las campanadas reunió en torno a la Torre del Reloj a numerosos niños y padres que disfrutaron de las actividades programadas para despedir el 2016. Talleres, pintura, música, y baile, así como el reparto de golosinas, fueron los ingredientes para amenizar la larga espera.
La expectación se disparó cuando la campanas del emblemático monumento aguilarense dieron los cuartos y posteriormente las doce toques que señalan la frontera entre la mañana y la tarde. Serpentinas y papelillos volaron al aire entre la algarabía infantil para festejar que el último día del año comenzaba su cuenta atrás. Aunque la mañana se presentó algo gélida, el reluciente sol que brillaba sobre la Torre fue calentando el día y engrandeció aún más esta peculiar fiesta infantil.