PABLO CRUZ
Cada vez es más habitual encontrar productos agroalimentarios cordobeses en los lineales de gran parte de los países del mundo. La industria ligada al campo ha sabido entender que en tiempos como los vividos en los últimos años marcados por la crisis y la contracción del mercado interno la mejor opción para su supervivencia y crecimiento era salir al exterior.
El vino, vinculado en su gran mayoría a la Denominación de Origen Montilla-Moriles, ha sido uno de los sectores que más se ha movido en este ámbito en Córdoba, aunque las cifras indican que aún queda mucho camino por recorrer. Según un informe elaborado por el Observatorio Español del Mercado del Vino, las ventas de los caldos producidos en la provincia fuera del país se situaron en los 5,59 millones de euros en 2015, apenas un 2 por ciento más respecto a los datos del ejercicio anterior. Esta evolución es importante porque significa romper una tendencia a la baja en este apartado que se había iniciado en 2013.
El citado estudio señala que ese año fueron 42 las firmas del marco que comercializaron sus productos en el exterior con una media de ventas de 133.300 euros, lo que representa un crecimiento de algo más de un 19 por ciento. Estas cifras muestran que los caldos cordobeses están muy por detrás de otras provincias cercanas con sellos de protección para sus vinos, como es el caso de Cádiz, con Jerez como máximo representante, que superaron los 86 millones de euros en exportaciones por parte de 184 empresas, mientras que Málaga cerró 2015 con unas ventas de 12,5 millones de euros realizadas por 88 firmas. Eso sí, Montilla-Moriles está por encima de los caldos del Condado de Huelva, cuyas transacciones en el extranjero se quedaron sólo en los 1,44 millones de euros.
ABC. Córdoba
