Ayer, domingo de Carnaval, la fiesta de Carnestolendas tuvo como marco celebrativo las calles del Barrio Bajo en una nueva edición de la tradicional “Chocolatá”, que reúne en torno a los cantes carnavaleros y los disfraces a los vecinos del barrio donde las típicas fiestas de febrero se viven con mayor intensidad, si cabe.
El espíritu y el alma del Carnaval de Aguilar revivieron un año más compendiándose entre la calle La Tienda y el cruce de San Cristóbal, corazón del barrio de los antiguos arrieros y feriantes, para despedir con vehemencia al festejo más popular y colorista del año. La esencia de la gracia y el desparpajo se derramó un año más al son de comparsas y chirigotas en el barrio que es templo y sagrario de don Carnal.
Todo el día y hasta bien entrada la noche duró la fiesta, acompañada de la tradicional y monumental tarta que se degusta con la chocolatada. Un año más el Barrio Bajo ha puesto el broche de oro al Carnaval de Aguilar despidiendo y conjurando a las musas de la gracia y el ingenio para que vuelvan a las calles de nuestro pueblo en el próximo febrero.