Antonio Maestre Ballesteros
CALLE ALTOZANO
El desarrrollo urbano que se produjo durante la segunda mitad del siglo XVIII en el entorno de la ermita de la Veracruz, y que dio origen a las calles Ancha; Rosa; Eras; y Altozano, aprovechó para el trazado de las mismas el eje y trayectoria de los caminos que existían en estos parajes desde tiempos remotos.
En el caso de la calle Altozano, su calzada tomó como itinerario el primitivo camino de los Atajadillos que partía de la barrera o descampado existente delante de la ermita de la Veracruz. Son numerosos los datos y noticias halladas que sitúan geográficamente dicho camino y paraje, y recogen referencias a elementos descriptivos de su entorno con anterioridad a ser urbanizado:
Otra pieza de tierra de sembradura de secano al sitio de la Veracruz, ruedo de esta villa, que consiste en dos celemines de buena calidad que se siembran todos los años de cebada para verde. Confronta a levante con Cristóbal Laguna, a poniente con doña María de Vida, al norte con el camino de los Atajadillos y al sur con la ermita de la Veracruz[1].
Un nuevo dato concreta el lugar de partida o nacimiento del camino, correspondiente al postigo de la propia ermita:
Otra pieza de tierra de sembradura de secano al ruedo de esta villa y espalda de la calle Rosa que consiste en cuatro celemines de buena calidad y se siembra todos los años de alcacel, confronta a levante y norte con don Juan Fernández del Valle, a poniente con el camino que sale del postigo de la Cruz, que llaman de Atajadillos, y al sur con don Juan de Toro[2].
Estas noticias se fechan en la segunda mitad del siglo XVIII, y a pesar de que prácticamente todos los documentos lo nombran como camino de los Atajadillos, también se registran otras denominaciones para señalar tanto al camino como a la ermita de la que partía. En una cita del Catastro de Ensenada especifica el paraje agrario al que se dirigía el citado camino, conocido como los Moriles, y nombra a la ermita de la Veracruz como la de Nuestra Señora de los Remedios.
Otra Pieza de tierra de sembradura de secano al ruedo de esta villa y espalda de la ermita de Nuestra Señora de los Remedios que consiste en dos celemines y medio de buena calidad y se siembran todos los años de trigo, cebada y semillas. Confronta a levante con el camino que va a los Moriles, a poniente con la Fábrica parroquial de esta villa y al norte con don Francisco Antonio del Valle, y al sur con el camino que va a la villa de la Puente D. Gonzalo[3].
El camino de los Atajadillos iniciaba su calzada desde las traseras de la ermita y la embocadura de la calle la Rosa en sus dos primeras casas:
Antonio de Bogas tiene una casa en la calle la Rosa de esta villa que confronta con la de Joaquina y Alonso Jiménez Cabrillana por una parte y por la otra hace esquina a la Plazuela de la Veracruz…[4].
Francisco José Alcaide tiene una casa en la calle la Rosa de esta villa que confronta con la de Tomás de Zafra por una parte y por la otra con el camino de los Atajadillos……[5].
Estas primeras viviendas debían existir ya en 1757 cuando se inició el proceso urbanizador del camino de los Atajadillos, con el deslinde de los primeros solares para construir casas en las tierras limítrofes a las anteriormente reseñadas:
…poseedor de la memoria que en esta villa fundó el licenciado Andrés de Varo Carmona, presbítero que fue de ella la que entre otros sus bienes tiene tres tajones de tierra en el ruedo y pa ser más util mi parte darlos a censo redimible(………) concediendo mi licencia para ello y en el término de pregones parecieron Francisco de la Cruz de Varo, Juan Priero Ortiz el menor y Francisco Ballestero, vecinos de esta villa y pusieron uno de dichos tajones de tierra que es de cuatro celemines t está al sitio del camino de Atajadillos que linda con casas nuevas que está labrando Antonio de Toro en la acera de la que hay frente al postigo de la Veracruz y por la parte del campo linda….[6]
D. Pedro de Varo y Galvez de su vecindad y por el tenor de la presente le otorgo mi poder cumplido y bastante cuanto de derecho se requiere y sea necesario y especialpara que en mi nombre y en representación de dicha mi persona de en venta real a censo a el prerrotadoFrancisco Prieto Avilés los dichos cuatro zeleminesde tierra de su pretención para el efecto de fabricar en ellos casas que cupieren en el dicho precio…[7]
Como queda probado con estos datos, el génesis de la calle se originó en los años centrales del siglo XVIII, aunque no aparece registrada como tal en los padrones de habitantes hasta 1789. En dicho año se contabilizaron un total de treinta y cinco casas, ubicándose entre la segunda y tercera la ermita de la Veracruz[8]. Tan elevado número de viviendas revela que la zona que ocupaba su trazado contaba con construcciones anteriores. En el padrón de habitantes de 1785, que es el inmediato anterior, no se registró la calle Altozano, pero sí se detecta que, una parte considerable de los vecinos de la calle Lorca, aparecen en el padrón posterior, correspondiente a 1789, avecindados en la calle Altozano. Esta circunstancia justifica que la tardía aparición de la calle en los padrones de habitantes, y el elevado número de casas que presentaba en el primer registro, pudo obedecer a que el tramo denominado Lorca Baja prolongaba su extensión más allá de la propia ermita de la Veracruz, y fue, a partir de 1789, cuando dicho tramo de la calle Lorca se segregó de la misma y se rotuló con el nombre de calle Altozano. Un hecho similar sucedió en este mismo lugar cuando se desgajó de la calle Lorca Baja el grupo de casas que determinaron los límites geográficos del Llano de la Cruz. Un dato fechado en 1841 avala la hipótesis expuesta anteriormente:
26 de mayo. José Delgado vendió a Juan Francisco Ruiz la mitad de unas casas en la calle Lorca baja y Altozano de esta villa[9].
Durante las primeras décadas del siglo XIX la calle no experimentó crecimiento alguno, ya que hasta 1836 mantuvo prácticamente el mismo número de casas con que apareció en el primer padrón de habitantes. Fue a partir de ese año cuando se levantanron varios edificios nuevos, ocupando solares o espacios que habían quedado sin construir entre las viviendas más antiguas. Generalmente estos vacíos urbanos se solían completar con una sola casa, y cuando el espacio era mayor, como ocurrió con el existente entre las casas número 18 y 19, se llegaban a construir hasta cinco nuevas viviendas[10].
La calle Altozano tuvo los mismos parámetros de poblamiento que el resto de calles del barrio de la Veracruz. En cuanto al estatus social de los vecinos lo conformaba un catálogo de oficios acaparado mayoritariamente por trabajadores relacionados con la agricultura, destacando los jornaleros, tal como refleja el padrón de habitantes de 1823:
OFICIO | NÚMERO DE VECINOS QUE LO EJERCEN |
Jornaleros | 36 |
Propietario | 1 |
Perentrín | 1 |
Mulero | 1 |
Ganaderos | 2 |
Porquero | 1 |
Molinero aceituna | 1 |
Aperador | 1 |
Organista y ciego | 1 |
Zapateros | 2 |
Medio Mulero | 1 |
AMA. Padrón de Habitantes 1823. Leg. 210. Elaboración Propia
A partir de 1836 se registraron varios vecinos con el oficio de panaderos, siendo el primero que ejerció tal actividad Manuel del Valle Buenosvinos. También aparece establecida en la casa número 10 una tienda, propiedad de Pedro Bueno, que se mantuvo abierta durante varias décadas[11]. A mediados del siglo dedimonónico se documenta la existencia, en el edificio marcado con el número 45, de una casa de Caridad, habilitada por los presbíteros y hermanos, Toro Palma, dedicada a la recogida de huérfanas y viudas[12], y un molino de aceite situado a la salida de la calle, propiedad de María Josefa Jiménez[13].
Durante la segunda mitad de ese siglo se detecta un continuo incremento del número de casas, reflejado en el padrón de habitantes de 1870, donde se muestra la numeración alterna de cada acera, contabilizándose del 1 al 57 y del 2 al 40, lo que indica claramente el mayor crecimiento de la acera izquierda de la calle. En ese año la habitaban un total de trescientas seis personas[14]. El crecimiento vecinal se mantuvo durante el último tercio del siglo, alcanzándose, antes de concluir el mismo, un centenar de vecinos y trescientos cincuenta habitantes.
Un desarrollo similar experimentó durante las primeras décadas del siglo XX, en las que, tras unificar con edificios las dos fronteras de la calle, en la parte baja de la misma quedaban muchos solares que no fueron construidos hasta los años finales del primer tercio de dicha centuria. En el padrón de edificios y solares de 1928 se numeraron las casas del 1 al 75 y del 2 al 58, existiendo entre los números 48 y 50 un vació de más de diez solares[15]. Coincidiendo con los años de la dictadura primoriverista, y al igual que ocurrió en otras calles del pueblo, se sembraron en ella numerosos árboles (Acacias), suprimidos en reformas posteriores. También aparece exenta de contribución por esos años la casa número 34, que administraba José Carrillo, y que correspondía a la casa Asilo que fundaron los presbíteros Toro Palma[16].
Tal como hemos acreditado, desde el orígen de la calle se incluyó entre sus edificios más singulares la ermita de la Veracruz y dependencias aledañas a la misma, correspondientes a la casa del santero y el postigo del corral o cerca del huerto. Esta vinculación geográfica entre calle y templo se acrecentó durante la primera mitad del siglo XX a raíz de la adquisición, por la Comunidad de monjas que regentaban el Asilo de Ancianos, de una casa de la calle Altozano con la que se amplio dicho edifico caritativo. Este mismo fin tuvo la cesión que hizo el Ayuntamiento en 1949, de un sobrante de vía publica existente entre la casa adquirida por las monjas y el camarín de la Virgen de los Remedios[17]. Durante la primera mitad del siglo XX se constata la existencia en la casa número 9 de un horno de pan sin venta que era propiedad de Antonio Bonilla Jiménez en 1933[18]; Manuel Chacón Carrillo en 1939[19]; y Francisco Muñoz Reyes en 1940[20]; siendo éste último quien dotó a la casa horno de la panadería que mantiene en la actualidad.
La calle Altozano acogió una de las fuentes públicas que sirvieron para el reparto o suministro del agua traída desde Zoñar hasta el depósito del Castillo a finales de la década de 1950. Dicha fuente se instaló aledaña a la pared trasera del Asilo y se mantuvo durante varias décadas, hasta que se instaló el suministro de agua en las casas. También, en los inicios de la segunda mitad del siglo XX, se realizó la pavimentación y adoquinado de la calzada y baldosado de acerados, otorgándole el aspecto que presenta en la actualidad. Durante la década de 1970 acogió una de las fábricas locales más importantes de aquella época, denominada Muebles Bogas.
En 1975 se produjo el único cambio de nomenclatura que ha experimentado a la largo de la historia, siendo rotulada como calle Reyes Católicos. Este nombre mantuvo hasta 1979 en el que nuevamente se le adjudicó el primitivo de calle Altozano que ostenta en la actualidad.
NOMENCLATURAS
CALLE ALTOZANO: la etimología de esta palabra responde al significado de cerro o monte de escasa altura situado en terreno llano. Este escenario orográfico es coincidente con la zona en la que se ubicó la actual ermita de la Veracruz a principios del siglo XVII. Hasta ella subía, desde la cañada de los Pozos, el antiguo camino de los Atajadillos, transformado durante la segunda mitad del siglo XVIII en la actual calle Altozano. Hemos hallado noticias referentes a este paraje en el siglo XVII, que lo nombra como Altozano de la Veracruz, denominación que pudo corresponder a la más antigua de la calle, y que posteriormente se redujo a Altozano.
CALLE REYES CATÓLICOS: poco más de tres años mantuvo esta nomenclatura, con la que la última Corporación Municipal de la dictadura franquista quiso recordar a los reyes Isabel I de Castilla y Fernando II de Aragón, protagonistas de la reconquista de España tras la toma de Granada en 1492.
[1] AMA. Catastro de Ensenada – eclesiásticos, Leg. 402.
[2] Ibidem.
[3] Ibidem. – seglares, Leg. 397.
[4] Ibidem. -seglares, Leg. 393.
[5] Ibidem.
[6]AHPC Oficio 4 Cristobal de Varo Linares 1757, p. 128. Sig. 6738
[7] Ibidem.
[8] AMA. Padrón de Habitantes 1789, Leg. 209.
[9] AMA. Cuentas de Propios 1841, Leg. 1536.
[10] AMA. Padrón de Habitantes 1836, Leg. 212.
[11] Ibidem.
[12] Ibidem. 1855, Leg. 219.
[13] AMA. Padrón de Matrícula de los Molinos Aceiteros 1858, Leg. 483.
[14] AMA. Padrón de Habitantes 1870, Leg. 223.
[15] AMA. Padrón de Edificios y Solares 1928, Leg. 471.
[16] Ibidem.
[17] AMA. Cuentas de Propios 1949, Leg. 323.
[18] AMA. Padrón de Contribución Industrial 1933, Leg. 483.
[19] Ibidem. 1939, Leg. 483.
[20] AMA. Padrón de Habitantes 1940. S/C.