La larga espera se va consumando. Los romeros anhelan ya el tiempo cercano donde el Santuario se hace morada del sentimiento y la devoción. Los días van pasando como rezos de ave marías en las cuentas de un Rosario. Ya se siente cercana la gloria. La Virgen vestida de Pastora llena la Campiña de fervor. Ella, que reina en nuestras almas, y es la madre de Dios.
El pregón marcó un año más la frontera entre el recuerdo y los que está por venir. La emoción señaló otra vez el camino a los sentimientos y la palabra fue el soporte de la devoción. Palabras que circundaron las vivencias más intimas y sinceras de quien, a pesar de su juventud, atesora ya una intensa trayectoria devocional hacia la Virgen de los Remedios.
El ritual del pregón abrió la noche del sábado en la iglesia de la Veracruz. Nazaret Jiménez ofrendó a la Virgen su panegírico y proclamó que la espera ha terminado. La Virgen bajará a la ermita como cada año, y en la Fuente Don Marcelo recibirá el fervor y la devoción de sus devotos y romeros.