Ángeles Zurera: caso abierto

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El caso de Ángeles Zurera, una vecina de Aguilar de la Frontera que desapareció de su casa sin dejar rastro hace más de nueve años, nunca se ha abandonado. Al menos, sigue siendo un caso abierto, con decenas de investigaciones en marcha, según la información que le ha aportado el Gobierno a los diputados socialistas Antonio Hurtado y María Jesús Serrano en el Congreso de los Diputados.

Ángeles Zurera Cañadillas desapareció hace nueve años de su casa, de madrugada, mientras uno de sus hijos dormía y el otro jugaba a la videoconsola. Alguien llamó a la puerta, la mujer abrió y nunca más se supo. Sus hijos no la echaron de menos en todo el día. Al día siguiente, cuando no llegó a trabajar fueron sus compañeras las que denunciaron su desaparición. La Guardia Civil siempre apuntó a su ex marido, del que se separó años antes de desaparecer y con el que compartía dos hijos. Los agentes llegaron a detener al hombre, pero por un delito de malos tratos previo a la desaparición de la mujer. Desde entonces, los investigadores nunca pudieron imputarle nada más.

 La Guardia Civil no ha parado de buscar a Ángeles Zurera desde hace nueve años. Su hermano, Antonio Zurera, ha cifrado en 14 los dispositivos especiales que recuerda. Se han levantado fincas de olivos y vides, se ha buceado en una laguna, se han abierto zanjas en carreteras y hasta se ha usado el georradar. Nunca se halló nada, ni una sola pista. La última gran búsqueda ocurrió en noviembre de 2011, cuando la Guardia Civil levantó, literalmente, el suelo de una nave industrial de Aguilar de la Frontera. Los agentes sospechaban que en sus cimientos podía estar enterrada la mujer, a la que su familia ya no espera encontrar con vida.

Los agentes califican la desaparición de Zurera como forzada. Desde los primeros días, trabajan con la hipótesis de que algo le pasó a la mujer. Ángeles Zurera salió a la calle sin dinero, sin documentación, sin sus gafas ni lentillas (tenía grandes problemas de visión), sin más ropa de la que llevaba puesta y sin dejar rastro alguno. Nadie vio nada. Nadie escuchó nada. Y así, con la angustia del silencio para una familia que apenas vive desde su marcha su caso volverá a ser archivado.

Según la respuesta parlamentaria, la última actuación policial se llevó a cabo en agosto del año pasado, cuando se recibió información por parte del hermano de la desaparecida. Se iniciaron diligencias y se entregaron en el Juzgado, pero de momento la investigación no ha sido concluyente y no se ha podido determinar donde está la mujer.

Cordópolis.

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