La crisis de rentabilidad en el marco Montilla-Moriles sigue agudizándose por los bajos precios que alcanza la uva, aunque las cosechas sean reducidas, pero también por la escasa presencia del vino en los mercados exteriores o el bajo relevo generacional. Ante esta situación, representantes del sector incluidos en la denominación se reunirán el lunes con el secretario general de Agricultura, Rafael Perales, y el delegado provincial de la Junta, Francisco Zurera, para analizar el problema y ver qué medidas podrían adoptarse. El delegado de Agricultura, Francisco Zurera, aseguró que Montilla-Moriles «necesita impulso porque no es sostenible». En este sentido, destacó que las viñas en espaldera pueden competir mejor, mientras que el resto «tiene dificultades». «Vamos a escuchar al sector. Hay muchas cooperativas y deberían ir hacia integraciones. Estamos preocupados por la situación», indica Zurera. En este sentido, reconoció la competencia de otros cultivos como el olivar. «Hay que defender a los viticultores para que no se aburran y decidan plantar olivos», añadió.
El presidente del consejo regulador de la denominación de origen, Javier Martín, afirmó ayer que la situación «nos preocupa» y reconoció que esto también está ocurriendo en el marco de Jerez. «De seguir esta tendencia, la cultura del vino puede desaparecer en Córdoba. Hay que hacer algo», dijo Martín. El presidente del consejo regulador estima que la vid presenta un rendimiento más estable, con relación al olivar, y desde el punto de vista social, «genera muchos más empleos porque no está extendida la mecanización». Por eso la reunión del lunes se enmarca como «punto de partida» entre Administración, bodegas, agricultores y el sector para «sentar las bases entre todos».
La superficie protegida en el marco no ha dejado de caer, aunque a un menor ritmo en los últimos tres años, durante la última década. Si en el 2006 había 7.733 hectáreas de viñedo en la denominación, el 2016 se cerró con solo 5.052 hectáreas en los 17 municipios del distintivo de calidad. A finales de los años 70 llegó a tener casi 20.000 hectáreas. En Córdoba se contabilizan solo 2.162 viticultores. Además, el sostenimiento del vino amparado se está manteniendo por el aumento del mercado nacional (+2,72% en el último año), mientras que el exterior ha caído un 12%. El precio de la uva no ayuda. Se situó en 0,31 euros por kilogramo.
Diario Córdoba.