Septiembre agota sus últimos días y en el Consistorio municipal se mantiene la revalida sobre quién se sentará finalmente en el sillón de la alcaldía. Se ha iniciado el nuevo curso político con una interrogante capital sobre la configuración final que va a tener el Grupo que ostenta la mayoría absoluta en el Pleno.
Estamos a expensas de que la primera fase de sustituciones de concejales Socialistas, que se inició con la dimisión de dos ediles, se dé por concluida, y se resuelva definitivamente este proceso con la posible dimisión del actual alcalde, dejando así expedito el camino para que se incorpore a ese puesto otro concejal, que sumaría los nueve que otorgan el poder dominante en el plenario.
También cabría la opción de que Francisco Juan se quedase como concejal sin ostentar la alcaldía, o incluso manteniendo el puesto de mando. En el mentidero político hay versiones y apuestas para todos los gustos. Desde el punto de vista periodístico, vaya días más interesantes que tenemos por delante; porque allí donde hay o se prevé una novedad, existe una noticia.
La noticia a día de hoy es que no hay noticia oficial ni oficiosa. Lo que no quiere decir que no estén sucediendo cosas, y muy inminentes, en este tema. A pesar de que se está poniendo el máximo sigilo para que no trascienda la tramoya que rodea los tratos y ajustes que se están dando en las últimas jornadas entre las partes implicadas, siempre se propagan datos e informaciones que pueden vislumbrar la resolución final que va a tener el pleito interno del PSOE.
Atendiendo a fuentes muy fiables, podemos adelantar que en los próximos días o semanas se puede finiquitar el vendaval político del verano con una de las variables planteadas: la salida definitiva de Francisco Juan del Ayuntamiento y Diputación. Parece que los barones del PSOE local se alzan finalmente con la victoria y, dos años después de haber ganado con mayoría absoluta las últimas elecciones municipales, el regidor Francisco Juan será víctima del fuego amigo, y pasará a ocupar un nuevo escaño, pero esta vez en el Olimpo de los socialistas denigrados.