Desde que la Agrupación de Cofradías adoptó el acuerdo de que el Viacrucis que abre la Cuaresma en Aguilar se inicie desde la iglesia de las Carmelitas, se ha convertido en un clásico que la noche del Miércoles de Ceniza se celebre el trasladado de la Imagen que lo preside, traslado que se puede realizar de forma privada por la cofradía, como lo hizo el Cristo de la Salud, cofradía que inició esta costumbre, o con una sencilla procesión llevando en andas a la Imagen, como ha ocurrido con el Santo Sepulcro, Soledad, y la Virgen de los Dolores que lo realizó en la noche de ayer.
Las imágenes que residen en la Parroquia del Soterraño utilizan como itinerario para el traslado la calle Cerrillo, por donde alcanzan directamente el templo conventual sin provocar incidencias en el tráfico rodado, ya que sólo hace falta cortar esta calle. Estos traslados, más las procesiones de la Virgen de la Cabeza y Niño Jesús de Praga, que junto a San Roque tienen como trayecto la calle Cerrillo, están convirtiendo este itinerario en una carrera oficial alternativa.
Como es preceptivo el paso de las procesiones antes citadas requiere que se prohíba el aparcamiento durante las horas previas, facilitando así el discurrir del cortejo con la mayor comodidad y seguridad, ya que suelen llevar música y son acompañados por un número considerable de personas. ¿Pero es necesaria también esta medida para los traslados?.
Obviamente no. El uso de las andas y el reducido acompañamiento de personas, y sin música, hace perfectamente viable el que discurra sin ningún problema por la calzada aún estando los coches aparcados. Así se hace o suele hacer este tipo de traslados en otros pueblos o ciudades, donde incluso para el Viacrucis no se retiran los coches de las calles.
Esto viene a cuento porque me comentaba ayer un vecino de la calle, amigo y cofrade, que había escuchado quejas, justificadas, de otros vecinos que como él, consideraban innecesario la retirada de los coches para estos traslados, máxime cuando no se habían quitado en la Cuesta de la Parroquia. Me argumentaba esta persona que es una molestia el tener que quitar el coche y llevarlo al Castillo, para después tener que ir por el nuevamente cuando pasa la Imagen. Incordia, me dijo, no que pasen las procesiones, sino la innecesaridad de la medida.