No es habitual que un acto cultural, como la presentación de un libro de historia, concite el interés y asistencia de público que se vio ayer viernes en la Biblioteca Municipal. El evento, sin duda, lo merecía. Tres espadas de renombre -usando el símil taurino- se encerraron en el patio del antiguo Pósito para lidiar con la presentación de una obra muy esperada y el público respondió llenando los asientos del tendido, e incluso permaneciendo en pie en pasillos y escaleras.
Diego Igeño, archivero municipal y cronista oficial de la ciudad, ha sacado a la luz su último trabajo de investigación y estuvo acompañado para ello por Francisco Cabezas, quien ha realizado el fastuoso prologo del libro y Fran Zurera, quien presentó al autor con una sentida semblanza sobre el trabajo que se daba a conocer y la trayectoria que atesora este reconocido historiador local. Presidió la mesa la concejala de Cultura Pilar Cabezas.
Tras las elocuentes intervenciones de Paco y Fran, Diego Igeño, con su habitual sabiduría, expuso los pormenores que dieron origen al proyecto y también los avatares sufridos en el proceso de edición que han retrasado la parición del libro casi tres años. Tuvo palabras de agradecimiento para todas las personas que han colaborado, de alguna forma, en hacer realidad esta publicación, mencionando, entre otros, al anterior alcalde y a Pepe Galisteo, autor del diseño de la portada.
Aunque no pormenorizó mucho los contenidos del texto, sí dejó algunas pinceladas sobres los temas que se abordan en el mismo, en los que se reflejan fielmente la sociedad aguilarense de un periodo histórico tan importante del pasado siglo XX, como fue la denominada Dictablanda y II República. El propio título de la obra “Vida Cotidiana” nos remite a unos episodios en los que se refleja con todo detalle los caracteres que determinaron la vida del pueblo en ese tiempo.
Diego ha sabido conjugar en este libro, con la rigurosidad científica que le caracteriza y una exquisita narrativa, la historia que tan exhaustivamente describe y de la que somos herederos directos, ya que concierne a la existencia que sobrellevaron nuestros padres y abuelos en un Aguilar que ha cambiado mucho, o no tanto. El nuevo libro de Diego es, y ese es su merito, una puerta abierta para quienes quieran cruzarla y, saltando en el reloj del tiempo hacia atrás, revivir la existencia de quienes constituyeron los eslabones inmediatos a la generaciones actuales en la cadena histórica de nuestro pueblo.
Como recoge Paco Cabezas en su prólogo, quien abra las páginas de “ Vida Cotidiana” tendrá en sus manos una imagen viva de Aguilar hace apenas unos años, con nombres, profesiones, calles que se salen de los renglones para dibujarlas en nuestro pensamiento; más aún, en nuestra realidad. Sucesos de antaño que son el preludio del hogaño, procesiones, deporte, actos culturales, negocios, bodas..el palpitar de un pueblo que Diego consigue transmitirnos en toda su vitalidad.