Cuando tan solo han comenzado ya se teme los retrasos que acumularán. Y eso sin pensar en el daño que provocarán –los primeros damnificados los naranjos- . Ni siquiera han concluido los replanteos y ya sabemos -por el proyecto presentado- que merman las aceras y reducen las plazas de aparcamientos (inexplicable). Todo ha comenzado por donde debía terminar: (primero era el ensanche de entrada a la calle Calvario y el Cerro y después las obras de la calle), pero en Aguilar hasta para eso el ayuntamiento tiene modos propios –así nos va-.
Son tantos años esperando soluciones a los problemas reales que tiene esta zona, como es el acceso a las nuevas barriadas, que el PSOE acaba su mandato sin que podamos ver nada hecho. Y así van surgiendo nuevos conflictos que se suman a los ya existentes, pues cuando terminen las obras de la calle Ancha tendrán que levantarlas nuevamente para realizar el ensanche. En tantas ocasiones se han desmentido ellos mismos que uno no cree ya su acuerdo de hacer el ansiado acceso.
El PSOE ha puesto el foco de atención en estos cuatro años en dedicar las inversiones a “arreglar calles” sin más criterio que buscar una rentabilidad electoral. Y si para ello había que alterar la fisionomía propia del callejero del pueblo introduciendo plataformas, pues se hace y no pasa nada. Para eso querían la mayoría absoluta (entre otras cosas). Que había calles con necesidades más urgentes como los acerados de la calle Desamparados, final de Alonso de Aguilar, Cuestezuela, Molinos, etc, etc,! pues que se aguanten…. que el PSOE se reafirmaba en su experimento del callejero.
Llegados a este punto solo queda recordar con esta fotografía reciente como era la calle Ancha, pues, después de las obras, será todo muy distinto. Y cabría preguntarse ¿si se le hubiese dado a elegir a los vecinos del pueblo entre gastar los millones que se han disipado en las obras de estas calles o haberlos invertido en hacer la Residencia Municipal de Ancianos de la calle Ancha y el edificio del Teatro Español? – que para todo ello daban esas cantidades- ¿qué hubiesen decidido los vecinos?.
Creo que la respuesta a estas preguntas las puede dar el pueblo el próximo 26 de mayo en las elecciones municipales.