Una de las estampas típicas del centro del casco urbano de Aguilar en las décadas centrales del pasado siglo XX era el estacionamiento de la parada de taxis que estuvo ubicada en varias zonas del callejero. En la década de los años sesenta y setenta se encontraba en el “Llano Bajo”, pasando posteriormente a la calle Moralejo (frente al bar Guillermo), donde permaneció hasta que se ubicó en el emplazamiento de la Avenida Miguel Cosano. De la época de la calle Moralejo es esta fotografía en la que aparecen cuatro de los taxistas que ejercían en ese tiempo, Miguel Carretero (Carretero), Cristóbal Merino (Lopera), Francisco Ruiz (el Monda) y Cristóbal Toro (el Resaor). Los taxis y taxistas fueron en esos años de escasez de medios de trasporte una institución social en el pueblo, un servicio público muy necesario y valorado que beneficiaba a la ciudadanía, carente de medios propios para desplazarse a la capital.
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La biblioteca pública es un espacio que durante largo tiempo ha desempeñado un importante papel en la vida y la cultura públicas de Aguilar. Las bibliotecas públicas son espacios abiertos