Lunes de resaca de la Feria Real del 2019. Una Feria que se ha vivido intensamente en sus dos versiones, día y noche, y que ha marcado un hito histórico en el devenir de esta tradicional fiesta al haberse recuperado la actividad diurna en el recinto ferial del Castillo. Una Feria marcada por las numerosas novedades que han redimensionado la forma de vivir estos días para los locales y foráneos, y que han devuelto a los días feriados el esplendor y grandiosidad perdidos en las últimas décadas.
El pueblo se ha reencontrado nuevamente con su Feria Real y la ha disfrutado con plenitud acudiendo masivamente al real en las horas tórridas de la siesta y tarde, y como no, en las largas madrugadas en las que gentes de todas las edades: niños, jóvenes y viejos, han encontrado en la Feria el espacio propicio para disfrutar de los amigos, la música, las atracciones, y el buen ambiente que ha reinado en los días en los que Aguilar acoge sus Fiestas Mayores.
Desde la cabalgata de Gigantes y Cabezudos que marca el inicio de la popular celebración, hasta la clausura que pone el artístico, vistoso y sonoro castillo de Fuegos Artificiales, Aguilar ha estado arrebatada en el letargo de unos días dedicados íntegramente a la fiesta y convivencia. Bendita locura de una rutina que nos une y ensambla en una de las tradiciones más ancestrales para los que nacen en la tierra que fue patria de la célebre Ipagro.