Las abejas son mucho más importantes de lo que pensamos, a través de la polinización preservan la diversidad y la producción de alimentos. Tanto es así, que las abejas polinizan el 90% de las especies vegetales cultivables que nos abastecen de alimentos, además de más de 25.000 especies de plantas con flores. Por lo tanto, la desaparición de estos insectos generaría un colapso global de consecuencias devastadoras.
El uso de pesticidas, la contaminación y el cambio climático son algunos de los factores que están acabando con la vida de estos pequeños polinizadores. De ahí, que se las considere como especies amenazadas. Es tal la amenaza que existe sobre las abejas, que el Gobierno ha lanzado un Plan de Acción Nacional para revertir la delicada situación actual a la que se enfrentan estos polinizadores.
En nuestra región, tras un largo y seco verano, es probable observar (aunque cada vez es menos frecuente) abejas recolectando néctar procedente de algunas especies vegetales. Esta actividad podrá prolongarse durante unos días y les permitirá disponer de reservas para pasar el invierno. Debemos tener en cuenta que, por lo general, las especies de abejas que habitan en nuestra región no atacarán mientras se alimentan de melazas, a menos que se vean amenazadas.
Dados los innumerables beneficios que nos aportan estos pequeños aliados, debemos respetarlos y conservarlos por el bien de nuestro futuro.