El polifacético Antonio Cabello Reyes, natural de Aguilar de la Frontera (Córdoba) pero asentado desde hace tantos años en Los Palacios y Villafranca, profesor de Literatura, actor y director de obras teatrales y pintor, ha inaugurado una inquietante y atractiva exposición de retratos y motivos naturales en el atípico instituto de Secundaria Albero de Alcalá de Guadaíra gracias a la invitación de su departamento de Historia del Arte, que tanto dinamiza el profesor Manuel Jesús Roldán Salgueiro, a la sazón autor de algunos de los títulos con más tirón divulgativo de los últimos años, como Eso no estaba en mi libro de Historia del Arte (Almuzara, 2016) o Historias de la Semana Santa que nunca te contaron (El Paseo, 2018), entre otros.
Manu Roldán, otro de los profesores del departamento de este instituto alcalareño que ha llegado a exponer incluso obras de Joan Miró o de Picasso y que presentó a Cabello insistió: “Es necesario superar lo plástico para llegar a lo poético”. Y es precisamente el empeño de este artista heterodoxo, bon vivant y muy didáctico en su intervención con los alumnos. “Mis cuadros sacan afuera los demonios que llevamos dentro”, les dijo a los chicos, ensimismados ante las explicaciones. “Hay demonios positivos y negativos…” aclaró.
Antonio Cabello hechiza al IES Albero con sus ‘Inventarios’
20 cuadros diversos
En las paredes de la sala de exposiciones del IES pueden contemplarse hasta el próximo 12 de diciembre una muestra de su ya amplia obra: 20 Invenciones muy coloridas, un pequeño recorrido por dos de sus obsesiones, el retrato y la naturaleza, un colorido vivo que entronca con las vanguardias de comienzo del siglo XX; una descomposición que recuerda a la experimentación cubista, al colorido del Fauvismo y hasta a la provocación del Dadaísmo. Sus retratos hablan desde el color, desde la descomposición en planos de la realidad y desde el collage que transgrede, mezclando el recorte con el acrílico, la témpera con el papel de periódico. Retratos que son literatura en concepto y en forma, el concepto velazqueño en sus meninas, el lorquiano en una hija de Bernarda Alba o el cervantino en el retrato de Alonso Quijano.
Roldán Salgueiro, por su parte, ha insistido en que “los retratos dialogan con el espectador, en la que un hombre puede mirar la luna, como el Friedrich el romántico, pero también contempla al alumno que se sorprende de tanta creatividad”. En este sentido, Antonio Cabello nos mira desde los ojos de sus retratos. Aunque tengan un ojo fuera del rostro, que ya los alumnos le han preguntado por el detalle… “Lo mejor, será dejarse mirar por tanta creatividad a la que se le ha puesto rostro. La vida o es invención o no es nada”, concluyó Roldán Salgueiro, muy satisfecho por que el IES continúe haciendo gala de su ilustrada tradición.
El Correo de Andalucía.