Los faroles portados por los alumnos más pequeños de los colegios han vuelto a recorres las calles del pueblo en el rito anual de peregrinar hasta la Plaza de San José, donde, iniciado el mes de febrero, se enciende la candela que purifica el cielo aguilarense de los malos augurios que sobrevivieron al año vencido.
Este 2020 ha sido particularmente tempranero para la Candelaría, ya que las llamaradas de fuego se elevaban sobre el ochavado recinto cuando aun el sol lucía sobre un cielo azul turquesa, en el que se presagia ya la dilatación de los días que pondrá fin al invierno. La costumbre renovada del juicio al “Juillas” marcó el punto de arranque de un acto que protagonizan los niños desde el momento mismo en el que comienzan a elaborar los faroles de mano en los colegios para transportar la luz que alimentará la hoguera que simboliza la Candelaria en Aguilar.