Esta bonita fotografía les traerá a la memoria, a los que ya han superado el medio siglo de vida, recuerdos de una infancia que, para muchos de los nacidos en este pueblo, estará indisolublemente unida a la figura de una maestra “Doña Dionisia” y a un enclave urbano como es el Llano de la Cruz, donde se situaba la casa de la citada “maestraescuela”, en cuyas dependencias tenía establecido el colegio particular.
Fueron cientos y cientos de niños los que iniciaron su enseñanza en estas aulas de pago durante los largos años que estuvieron abiertas, por lo que son varias generaciones de aguilarenses las que pueden contemplar esta imagen con la emoción del recuerdo a la escuela de “Doña Dionisia”, que de seguro se mantiene perenne en su memoria. Merece la pena contemplar esta imagen y recordarla, no solo como un ejercicio de nostalgia, sino también porque esos tiempos (muy duros) forman parte de nuestra existencia y de la historia de nuestro pueblo.
De aquella maestra, y de las que como ella ejercieron la enseñanza en esa etapa de la historia contemporánea, hemos recibido una herencia nada despreciable para la cultura actual. De ese modelo de escuela, afortunadamente superado, también podemos y debemos extraer valores, y hoy podemos sacar ejemplos y enseñanzas que no sería prudente abandonar.
Resulta sorprendente contemplar a más de 60 niños reunidos en un mismo espacio, totalmente alineados, con una misma pose fotográfica y sin distraerse. La fotografía está tomada en el patio de acceso al Teatro Español (actual sede del SAE).