Las convocatorias electorales están marcando la actualidad del mundo cofrade local a falta de las tradicionales procesiones que las restricciones sanitarias mantienen prohibidas en los dos últimos años. Estos procesos, que reflejan el dinamismo que gozan las hermandades en su vida interna, están resolviéndose, en algunos casos, con bastante contrariedad, debida sobre todo a la escasa participación de los cofrades en los mismos, y también, a la dificultad que están afrontado algunas cofradías para encontrar candidatos voluntarios a ocupar la máxima responsabilidad en las mismas.
Aun así, la problemática se está resolviendo satisfactoriamente y, hasta ahora, no se ha quedado vacante el cargo en ninguna de ellas, aunque los escenarios de participación se hayan visto forzados por las circunstancias descritas. Tras la Semana Santa, han sido cinco las cofradías que han afrontado este proceso, lo que ha llevado a que en el mes de marzo Mari Carmen Berenguer, única candidata, adquiriese la condición de hermana mayor de la cofradía de Jesús Orando en el Huerto y María Santísima del Rosario.
En mayo vivió sus cultos y proceso de elecciones la cofradía de Jesús Resucitado, que ha renovado como hermano mayor a un histórico de la Semana Santa de Aguilar y pilar fundamental en la cofradía del Domingo de Resurrección, como es Antonio Ruiz Sánchez.
A primeros del mes de junio celebró sus elecciones la Cofradía del Santísimo Cristo de la Salud y Nuestra Señora de la Piedad con un único candidato, el hermano mayor saliente, Francisco Lucena, quien ha vuelto a ser elegido para un segundo mandato. A finales de este mes, dos cofradías, Virgen de la Soledad y Amor y Esperanza, han culminado su proceso electoral con la renovación del cargo de hermano mayor, siendo elegido en la cofradía soleana Juan Alberca Moral y en la cofradía de la Candelaría Aurora Linares Leiva.
El resultado final de estas elecciones ha arrojado una cierta paridad de género en los cargos elegidos, pues, aunque aun son muy mayoritarios los hombres en el mundo cofrade, la participación de las mujeres en todos los ámbitos de las hermandades, está llevando a que cada vez sean más las que llegan a portar el bordón de hermana mayor.