El estudio demuestra los beneficios que se obtienen al aplicar los residuos de la poda del naranjo y de otros hortícolas en el proceso de reciclaje del papel y cartón.
El proyecto de investigación se centra en analizar los residuos de naturaleza lignocelulósica como la poda del naranjo y los residuos hortícolas del tomate, pimiento y berenjena y su aplicación en el proceso de reciclaje del papel y cartón, alargando los ciclos de vida de los productos.
Esta línea de trabajo, dirigida por Alejandro Rodríguez, catedrático de Ingeniería Química de la UCO, incluida en la biorrefinería y valorización de materiales lignocelulósicos, ha facilitado la obtención de (ligno) nanofibras de celulosa útiles para la fabricación de envases. Concretamente, estas (ligno) nanofibras de celulosa, obtenidas mediante un proceso respetuoso con el medio ambiente, sostenible energéticamente, sencillo y con bajo consumo de reactivos químicos, han demostrado funcionar como «agente con mayor efecto reforzante» durante el proceso de reciclado del papel.
Durante el reciclado del papel «se pierde calidad con cada ciclo, de manera que hay que recuperarla, bien mediante la adición de químicos (como el almidón), con procesos de refinado mecánico (consumo de energía) o con adición de fibra virgen», ha puntualizado el investigador de la UCO.
El fin último que persiguen estas investigaciones es valorizar los residuos generados por el sector agrícola para alcanzar un desarrollo sostenible adecuado, evolucionando hacia una bioeconomía circular.