Languidece la tarde y renacen las sombras, y en la quietud del tiempo los viejos torreones vuelven a albergar la vida que regresa para dar enjundia a las leyendas que cantaron los trovadores. La historia permanece enclaustrada en las silentes piedras desafiando al destino que le acarreó el pasado. Viaje al Medievo de la villa señorial que aun fulgura sus glorias en las derruidas murallas de su inmemorial Castillo de Luna.
Lo que hoy es ruina, antaño fue morada de legendarios y errantes caballeros que blandieron sus armas en mil batallas. Cruzadas que marcaron límites territoriales y llenaron de fábulas los viejos legajos que custodian los archivos. Aguilar de la Frontera no sería tal sin su Historia y sus Monumentos.