En el fin de semana penúltimo de noviembre se anunciaba en nuestro pueblo dos hechos significativos; por un lado la esperada y ansiada lluvia que debía mermar la severa sequía que padecemos y por otro una importante cita cofrade protagonizada por la imagen de Jesús Nazareno. Los pronósticos meteorológicos han sido fallidos, y en gran medida ello ha permitido que el evento cofrade se haya celebrado sin ninguna incidencia.
Así, el programa de actos y cultos a desarrollar por la cofradía nazarena se ha podido desplegar con el sosiego que produce a los cofrades el no temer la presencia de la lluvia en el transcurso de las dos procesiones que han acontecido en la tarde de ayer sábado y la mañana de hoy domingo.
La primera transcurrió desde la parroquia del Soterraño hasta el templo de las madres carmelitas, donde la imagen ha pernoctado en espera de la procesión extraordinaria del domingo. A las 8 de la tarde el Nazareno traspasaba la puerta de San Antón del templo parroquial y se iniciaba el viacrucis que se rezó hasta alcanzar la iglesia del convento. El Señor se portó en el paso de plata Meneses y presentaba la iconografía de Jesús Cautivo, ya que no portó la cruz y sus manos estaban unidas por un cordón dorado. Vestía túnica lisa y sobre las sienes llevaba una corona de espinas natural. Todo ello ha llevado a poder contemplar a Jesús Nazareno en una estampa muy novedosa con respecto al modo en que se presenta habitualmente esta imagen.
La procesión del domingo se ha iniciado tras la misa estacional en la iglesia carmelita y ha recorrido algunas calles del Barrio de la Vera Cruz y también del Barrio Bajo, estando acompañado el cortejo por la banda del Imperio Romano. El Señor ha sido portado también en el paso antiguo, aunque hoy sí presentaba la iconografía propia de cargar la cruz de plata con la ayuda de Simón de Cirene. Lucía también la túnica barroca y la corona de plata dorada.
Sobre cuatro horas ha tardado la cofradía en recorrer las calles previstas, estando acompañada por un nutrido grupo de cofrades y devotos que se han mantenido al lado del Señor durante todo el recorrido hasta alcanzar la Cuesta de Jesús, donde el Nazareno ha impartido la bendición momentos antes de recogerse en el templo, dando así por concluida esta salida extraordinaria.
