“Ya sé que no es asunto mío, pero te lo pregunto por curiosidad”, ¿Qué hay en la rotonda de Casas Viejas que han colocado una tela tapándolo?. Me lo han preguntado varias personas y quiero responderle lo siguiente:
Hay una metáfora de uso popular «la curiosidad mató al gato» que tiene origen en la lengua inglesa y sirve para advertir acerca de lo peligroso que puede resultar investigar o experimentar en exceso. Existe asimismo un final para dicha frase, aunque no se usa con tanta frecuencia: «pero la satisfacción lo revivió».
Bueno, pues para que la curiosidad no mate al gato ni haya que revivirlo, los que han coincidido que pasaban por este lugar cuando se estaba colocando el elemento que va a engalanar esta entrada al pueblo, saben ya que se trata de una efigie en bronce de gran tamaño. Lo que quizás desconozcan es que dicha escultura reproduce a ese tamaño el magnífico efebo romano (conservado en el Museo Arqueológico Provincial) hallado en los años setenta en el camino de las Minas durante los trabajos de labranza de un viñedo.
La escultura representa al dios Baco en edad adolescente. Se trata de una obra de un valor arqueológico importantísimo, igual al del yacimiento donde fue encontrado junto a otras piezas que acreditan que en ese lugar existía en el periodo romano un taller de restauración de esculturas en bronce, siendo este caso el único que está documentado en la provincia de Córdoba. Por ello, el ayuntamiento ha querido poner en valor esa parte de nuestra historia, totalmente desconocida para la mayoría, y situar a la entrada del pueblo una figura que sin duda se convertirá en un icono de Aguilar de la Frontera.
Dicho esto, espero que haya quedado satisfecha la curiosidad sana de quienes se pregunten qué han puesto en la rotonda, y también pedirles un poco de paciencia, ya que cuando se termine el trabajo de ajardinamiento se podrá contemplar en toda su belleza la obra de arte realizada.