
Martirio.
Siempre he pensado que el Facebook es el escaparate de los mediocres. No quiero decir con esto que todos sus usuarios lo sean, por supuesto que no. Hay una gran mayoría que hacen un uso razonable pero también hay unos pocos que se creen grandes e importantes con sólo pensar que lo que publican lo van a leer un buen número de personas, cosa que nunca les ha ocurrido pues estoy segura que no los escuchan ni en su casa.
Dentro de lo que yo considero un uso razonable pienso en el que lo usa como escaparate de su negocio, el que se va de viaje y nos pone una fotito de algún lugar bonito que ha visitado, el que está superenamorado y nos pone sus fotos de amor y muchas más situaciones que publicándolas en su justa medida, gusta verlas.
Hay otra gente que se van de viaje y nos enteramos de si se toman un mojito o se comen unos calamares. No paran de publicar fotos de lo que beben o comen y dónde, con quién y cuándo. Lo único que les falta es poner cuando su cuerpo lo expulsa o cuando echan in quiqui. Lo malo viene cuando vuelven a su casa y desaparecen de las redes. Se ve que su vida se limita a una semana de postureo al año y poco más.
Luego está el que se cree “influencers” pero con mando que se dedica a denunciar todo lo que se le pone por delante, bien porque los que mandan no son de los suyos o, simplemente, porque no lo escucharon como “Él” se merecía en su momento. Lo mismo te denuncian una bolsa de basura mal tirada que una farola rota y de todo lo que pasa tiene la culpa el ayuntamiento, nunca el que lo hace. Seguro que en lo que no han caído es en que las cosas esas hay que denunciarlas en la Plaza S. José nº 1 y no en el Facebook.
Hay otros que merecen una mención aparte. Son los ARTISTAS. Lo mismo te hacen un muñeco que una fotografía. Malos ambos sin misericordia. Siempre arrancan unos cuantos “me gusta” e incluso algunos comentarios nombrándoles “artistas”. Artistas malos y, en el mejor de los casos, muy mediocres. Los hay que se vienen arriba y llegan a realizar encargos, “artistas profesionales” ¡casi na!
Pero si hay alguno que me saque de quicio esos son los que lo escriben todo al revés de como es. Que una palabra es con “h” ellos la ponen sin ella, que es con “v” la ponen con “b”. Todo al revés. “Asín son capases de escrivir todas las palabras avidas y por a ver sin ha sertar ni una. I hademas son jente de una edad k anhido a la escuela” Todo esto chirría en los ojos del que lo lee. En lo que ellos no han caído es en que cuando uno escribe así, pierde toda la credibilidad y poder de convicción.
El Facebook está plagado de especímenes curiosos. Estos son sólo algunos de ellos. Por supuesto que todos son respetables y cada uno busca y encuentra lo que necesita, generalmente ser alguien. Pero, por favor, yo les pediría que no se crean todo lo que les digan. Los hay muy buenos pero también muy malos y mediocres y nadie se lo va a decir. Lo peor es que, así, nunca saldrán de su mediocridad.