A una semana de que el Domingo de Ramos inaugure una nueva Semana Santa, en la que desfilen por nuestras calles distintas bandas, locales y foráneas, acompañando a los desfiles procesionales, traemos hoy al recuerdo de imágenes vividas, una de las bandas más emblemática de los años ochenta, como fue la popularmente conocida como “Banda de los Coloraos”.
Hacía más de una década que habían claudicado las bandas de romanos pertenecientes a las cofradías del Nazareno, el Caído y el Señor de la Humildad, reponiéndose la tradición de las bandas locales con la proyectada en 1976[1]. Ante el fallido intento de ese año, se alcanza el objetivo en 1978 con la creación de la banda de tambores y cornetas que se vincula al Señor de la Humildad, siendo esta la que en 1979 se une a la cofradía de la Amargura y Antigua, relación que perduró solo dos años, ya que, en 1982, y tras un desacuerdo económico, pasó a pertenecer a la cofradía de Jesús Caído.
El proyecto fundacional de esta banda estuvo encabezado por personas como Diego Luque Martín, los hermanos José y Rafael Quintero, los hermanos Montilla Aragón, Cristóbal Rosa Leiva, José Prieto Pino, José María Paniagua, Antonio Cardeñosa y Diego García Jiménez[2]. Sin duda, la ligazón entre la nueva banda y la cofradía de la Amargura y Antigua se favoreció por el binomio que se dio en la persona de José Quintero Prieto, que en ese tiempo fue fundador de la banda y a la sazón hermano mayor de la cofradía de la Amargura y Antigua.
[1] El germen fundacional de la nueva banda se data en 1976, aunque ese intento se frustró, y no fue hasta 1978 cuando se consolida como Banda del Señor de la Humildad, pasando al año siguiente a ser acogida por la cofradía de la Amargura y Antigua. ZURERA VARO, Francisco Javier. “Banda de Cornetas y Tambores” Aguilar de la Frontera, Boletín Informativo Municipal, año III, nº 25 (abril 1982), pp. 6-7.
[2] Ibidem.