
Dos años después, la llegada de mayo ha vuelto a celebrarse en Aguilar con una de sus tradiciones más ancestrales, como es la Fiesta del Día de la Cruz, que protagoniza desde tiempo inmemorial la procesión de la Virgen de los Remedios por las calles del barrio que nació ceñido a los aledaños de la vieja ermita de la Vera Cruz, emplazada en el altozano del Arrezuzar, en las primeras décadas del siglo XVII.
Ancha de la Veracruz, Huerto, Altozano, Rosa, Eras y Pozos, constituyen un itinerario cargado de emociones y tradiciones que recorre cada año la Virgen envuelta en el fervor de sus vecinos. Estos le cuelgan las colchas y le encienden las bengalas como muestra de apego a una tradición enraizada en el tiempo y en el recuerdo de quienes nacen y viven en este populoso barrio.
Una tradición que se renueva cada año cuando mayo florece en las cruces simbolizando que la savia nueva hace reverdecer al leño seco donde crucificaron al Nazareno. Con la flor renace el simbolismo de la vuelta a la vida tras la muerte. Cruces, arcos de colchas, patios colmados de macetas, la Virgen iluminada por las bengalas, etc., constituyen el típico exorno que nos encadena a la tradición que recibieron y trasmitieron nuestros padres y abuelos.


