
Carmen Flores Jiménez
Hace justo tres años, un grupo de personas nos embarcamos en un proyecto para Aguilar que tenía timón y rumbo. Sin embargo, no podíamos sospechar que hay tempestades imprevistas que hacen reforzar las velas y el esfuerzo para mantenerse a flote y avanzar en la dirección correcta.
Confieso que hace 6 años que me jubilé y no podía sospechar en ese momento que mi vida y mi tiempo se encaminarían de nuevo hacia la gestión municipal. Fueron circunstancias que hacen tomar decisiones como esta: Un pueblo sin proyecto de futuro, con muchos avatares en sus gobiernos, poco interés de la ciudadanía por implicarse con partidos políticos y en la actividad pública, falta de ilusión y de confianza en los gobernantes…
Este cúmulo de cosas y la conciencia y compromiso político mantenido por mi parte a lo largo de los años, hizo que cargara sobre mis espaldas, a propuesta de mi organización política y con su colaboración, la responsabilidad de intentar generar compromisos en ciudadanos y ciudadanas de este pueblo, que tuvieran ganas de trabajar por y para Aguilar.
Fue un camino precioso el recorrido con asociaciones y colectivos que aportaron ideas e inquietudes, con la intención de plasmarlas en un programa para hacerlas realidad.
De estos encuentros y de charlas directas con diferentes personas se consiguió un sueño, reunir un grupo de personas para trabajar desde el ayuntamiento por sus vecinos y vecinas, personas que encontraron un apoyo mayoritario por parte de la ciudadanía.
Confieso que mi experiencia en política es larga y además casi siempre gratificante, he tenido la suerte de estar rodeada por equipos de trabajo, compañeros y compañeras, responsables, trabajadoras y honradas.
Estaré eternamente agradecida al pueblo de Aguilar por haberme dado la oportunidad de conocer y trabajar con este grupo humano, “Mi Equipo de Gobierno”. A estas alturas de mi vida, cuando crees que pocas cosas te sorprenderán, aparece este equipo que ha conseguido que me sienta más viva e ilusionada que nunca, que ha conseguido salvar todas las dificultades y contratiempos que se nos han ido presentando, que tiene el programa electoral en la mesita de noche para que no se les olviden los objetivos. Este equipo que nunca pierde la alegría y el compañerismo, que ha hecho que seamos una gran familia en torno a un objetivo común “Aguilar”.
Hemos salvado, con más o menos dificultades, la Pandemia, intentemos remontar la crisis económica que vive España y otros países, ponemos todos los medios a nuestro alcance en al asador para que la vida en nuestro pueblo sea lo menos penosa posible.
Confieso que hay semanas agotadoras de trabajo, días en que veo a muchos de ellos exhaustos no solo de organizar actividades sino de materialmente colocar sillas y decorados, para luego cambiarse de ropa y estar listos a la hora de acudir a cualquiera de esas actividades, presentarlas y disfrutarlas. Porque, eso sí, nunca pierden la sonrisa ni el talante humano y conciliador que les caracteriza.
Pero, además es un equipo muy exigente consigo mismo, siempre analiza y cuestiona si están haciéndolo todo lo bien que pueden; si su esfuerzo estará llegando a los y las aguilarenses, que sois en definitiva protagonistas de esta historia; si sabrán escuchar lo suficiente.
Yo les digo, no sufráis demasiado, descansad de vez en cuando, no descuidéis a vuestra familia que es el pilar más importante en que apoyaros para continuar con esta apasionante dedicación que es la política, cuando se entiende como servicio a los demás.
Confieso que, a este grupo humano lo respeto, lo admiro y lo quiero como si fuese mi propia familia.
Confieso que he sentido la necesidad de decirlo en alto para que ellos y ellas, mis concejales y concejalas lo sepan y para que todo el pueblo sea consciente de ello. Vamos a seguir ilusionados y trabajando hasta llegar a la meta.
Gracias mil, por la experiencia que me estáis haciendo vivir.