
Las tertulias o reuniones de amigos en torno a una copa de vino eran, en tiempos de nuestros abuelos, uno de los entretenimientos más habituales para los jóvenes que no tenían otro ocio que el compartir amistad y camaradería con los de su generación. Eran reuniones que no tenían domicilio fijo y los encuentros se llevaban a cabo donde encártese, generalmente en las numerosas tabernas del pueblo o en las casetas de feria en los días primeros de agosto.
Muchas de esas tertulias o reuniones tenían o han tenido una vida efímera porque sus contertulios solían variar de un día para otro. Se reunían un par de horas para hablar de sus batallitas personales o de la actualidad. También eran temas recurrentes hablar de flamenco, de las labores profesionales de cada uno, del Fútbol, de los Toros, etc.,
Tertulias de verano presididas por la típica mesita alta en torno a la cual se situaban, sentados en sillas de enea o de madera, los parroquianos de esa zona del pueblo. Tal como muestra esta bonita fotografía fechable a los años sesenta del pasado siglo XX.