Que nos quiten lo «bailao»

Un bello espectáculo de fuegos artificiales – de los más bonitos que se han lanzado desde la cima del Castillo de Aguilar- puso el broche de oro a la Feria Real del 2022, que ha sido la feria de la normalidad sanitaria tras los dos años de pandemia. Todo ha concluido sin incidentes que resaltar, y eso en sí, ya es una gran noticia tras celebrar un evento de estas características.  

Dice un aforismo que cada uno cuenta la feria como le ha ido, y que duda cabe que, después de escuchar a muchísimas personas ensalzando lo vivido en el recinto ferial, hay una inmensa mayoría que califica de espectacular lo acontecido con el amplio y variado programa de actos elaborado por la concejalía de Festejos y las distintas asociaciones del pueblo.

Mucho calor y mucha gente son dos expresiones que se han reiterado en los días feriados, respondiendo a dos realidades evidentes para quienes han vivido la feria intensamente. Calor de día y de noche, y gente a todas horas y de forma masiva en las vísperas del miércoles y durante el fin de semana, cuando casetas y paseo aparecían abarrotados de personas, quizás como nunca antes se había visto.

Éxito económico también para feriantes y caseteros, en la medida de que la muchedumbre es la máxima principal para que haya negocio y se genere un beneficio. Cansados, pero contentos, es sin duda la expresión que mejor refleja el esfuerzo realizado por todos los que, de uno u otro ámbito, han contribuido a hacer de la Feria Real del 2022 una de las mejores de los últimos tiempos.   

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