
Martirio.
Hoy he visto una noticia sobre Amancio Ortega y se me ha venido a la cabeza la famosa lista Forbes de los más ricos del mundo. En España, la lista de los más ricos la encabeza el Sr. Ortega con unos 67.000 millones de euros, le sigue su hija con 6.300 millones, el tercero es Rafael del Pino y Calvo-Sotelo (Ferrovial) con 3.800 millones, les sigue Juan Roig (Mercadona) con 3.700 millones. Desde éste hasta el nº 100 van bajando los millones hasta llegar a 250, que tampoco está nada mal. Y yo me pregunto: ¿qué pensará una persona cuando gana su primer millón?, ¿y cuando gana sus primeros mil millones? Yo me imagino que su reto será conseguir doblar la cifra y, después, triplicarla. ¿Puede necesitar una persona todo ese dinero para vivir? ¿Se pueden gastar en una vida siquiera un 10% de esas cifras?
Me he informado dónde tiene las fábricas Inditex y las tiene repartidas por todo el mundo, mayoritariamente en China y Bangladesh. También fabrica en la India, Vietnam, Camboya, Portugal, Marruecos, Turquía, Brasil, Argentina y, cómo no, en España. Pero aquí sólo tiene unos 6.500 empleados frente a los 540.000 que tiene en Bangladesh o los 406.733 que tiene en China.
A lo mejor, sus empleados, sobre todo los de los países muy pobres como la India, Bangladesh o Camboya dan muchas horas y les pagan una miseria. ¿Os imagináis que este hombre pensara un día que con 50.000 millones también tendría para vivir bien y disfrutar de la vida y con los 17.000 millones restantes diera préstamos a interés 0% para sus empleados o construyera grandes urbanizaciones cerca de sus fábricas para que tuvieran una vivienda digna?
Esta misma mañana hablaba yo con una amiga del Mercadona y me comentaba que estaban bien pero que trabajaban mucho. Juan Roig, dueño del Mercadona, tiene 6.700 millones de euros, que se sepa. ¿Qué más le daría a ese hombre mejorar un poco las condiciones de sus trabajadores a cambio de ganar algo menos? No va a poder disfrutarlos ni en 100 vidas que viviera.
La de bien que podrían hacer esas grandes fortunas a poco que pensaran en esas personas que los mantienen en sus cargos y les hacen el trabajo “sucio” para que ellos presuman de estar en una lista de presuntuosos que más que un honor, para mí, sería una vergüenza aparecer en ella con esas cifras tan desorbitadas.
Pienso que habría infinidad de cosas que podrían hacer sin bajar prácticamente sus ganancias. El mundo sería un mundo mucho mejor y, hasta ellos, serían mucho más felices. Porque … esta gente, al fin y al cabo, comen y cagan como nosotros, ¿no?