La Plaza de San José se viste de gala para la XIV Cata Popular

En la nebulosa de una noche de luna llena cercenada por las aristas del ochavado recinto de la Plaza de San José de Aguilar de la Frontera, el mosto, elixir sagrado de los dioses, se ha derramado de las viejas tinajas y ha sido consagrado en las más de mil gargantas que lo han bebido y saboreado purificándoles el corazón y los labios.

Con un ritual propio, Mara de Miguel, considerada la mejor sumiller de Andalucía, ha dirigido la liturgia de catar los cinco vinos que se daban a conocer y con maestría ha introducido a los asistentes en el noble arte de saborear los caldos de nuestra tierra. Vinos nacidos del mosto bendecido por el sol y la luz de la Campiña y criados en la penumbra de blanqueadas y centenarias bodegas.

Y como de exaltar a la tierra y sus vinos se trataba, no cabría mejor pregonero que un aguilarense de pro, el periodista Juan Carlos Roldán, que ha evocado las bonanzas de este lugar y sus gentes y toda la historia que atesora el fruto de la vid.

Con perfección monacal se ha desarrollado la liturgia que demanda este multitudinario acto de culto y veneración del vino. Carmen Flores, alcaldesa de la localidad, hizo los honores reglados, y Paqui Herrador, concejala de Desarrollo Económico, fijó el protocolo que permitió desplegar la intendencia de todo el evento.

Momento estelar fue también el homenaje que se le rindió a Antonio Sánchez y Bodegas Toro Albalá con motivo del centenario de la emblemática bodega, poniendo el colofón artístico a la noche la actuación del grupo de Inmaculada Aguilar con su homenaje a los bailes boleros.

Todo un éxito que ha marcado el 10 de septiembre como fecha histórica en la recuperación de la Cata Popular de Aguilar de la Frontera. Un acontecimiento singular para potenciar los productos y el sector agrario, especialmente los vinos de la Denominación Montilla-Moriles.

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