Remontando el tiempo, tiempo atrás, nos situamos en las décadas de los años sesenta y setenta, cuando los jóvenes de Aguilar anhelaban el tiempo venidero para ganar un futuro mejor dentro o fuera del pueblo.
El crecimiento económico de esas décadas tuvo su reflejo en un profundo cambio social. España entraba en la llamada sociedad de consumo, se modificaba el modelo familiar, la mujer se incorporaba al trabajo remunerado, la influencia extranjera aumentaba; incluso la Iglesia se abría a nuevas mentalidades (Vaticano II).
El fenómeno de las migraciones marcó la demografía española y las despoblaciones internas desplazaron a más de 4 millones de personas mientras, casi un millón y medio de españoles emigraron hacia Europa. Aguilar perdió en ese proceso casi un cuarto de su población, la mayoría de ellos jóvenes que buscaron su porvenir en otras tierras españolas o europeas ante las penurias que ensombrecían la vida en el mundo rural.