Las mujeres jóvenes alzamos la voz

En un día tan triste como hoy donde tenemos que recordar la violencia que sufren las mujeres por parte de sus parejas, en primer lugar quería llamar la atención sobre lo rápido que las mujeres empezamos a percibir que podemos sufrir violencia por parte de algunos hombres.

Las mujeres jóvenes desde muy temprano, en la adolescencia, somos aleccionadas para tener cuidado y tomar precauciones cuando volvemos a casa tarde. Esto se incorpora a nuestros hábitos con tanta naturalidad que a veces no nos damos cuenta de las limitaciones que esto supone, si nos comparamos con nuestros compañeros varones de la misma edad. Parece que la calle no es nuestro sitio, ni nuestro espacio de libertad.

En más de una ocasión se nos ha puesto el corazón a mil cuando hemos oído pasos en la oscuridad de la noche y hemos comprobado que alguien nos seguía.

No se aleja definitivamente de nuestra mente la idea de que puede que nos acosen, nos agredan, nos violen y en última instancia nos maten. Es algo con lo que tenemos que cargar gran parte de nuestra vida.

Me gustaría saber qué mujer se ha librado de volver a casa y sentir nerviosa tras de sí los pasos de un desconocido y no ha tenido que sacar el móvil para hacer como que hablaba con alguien. O meterse en una tienda para ahuyentar a alguien que la seguía…Y como nos vamos a olvidar de la última moda, el pinchazo en los lugares de ocio, para intentar abusar de nosotras y que no podamos ser conscientes de lo que está sucediendo. Es una clara forma de enseñarnos que nos consideran sólo un cuerpo de quien disponer a su antojo.

También hemos tenido que escuchar que por nuestro bien, debemos aprender artes marciales para defendernos o llevar un bote de spray en el bolso, por si algún desconocido intenta propasarse con nosotras. E incluso que cuidado con ir provocando… La pelota siempre la colocan en nuestro tejado.

Pero para colmo, para algunas mujeres, esto no acaba aquí. En su espacio más íntimo, su propia casa, tienen al verdugo. Al que las intimida las acosa, las agrede y las viola y puede que incluso las mate. Ni siquiera tienen que salir a la calle.

Todo ocurre entre cuatro paredes y durante mucho tiempo se consideró algo tan privado que nadie podía inmiscuirse en lo que ahí estuviera sucediendo por más que una mujer estuviera viviendo un auténtico infierno.

Las mujeres jóvenes estamos aquí para hablar por ellas y recordarles que la sociedad no las olvida y ayudarlas para salir de esa situación tan dramática.

Las mujeres jóvenes del IES VICENTE NÚÑEZ nos hemos erigido hoy en portavoces de todas las mujeres y queremos decir que no tenemos miedo y que vamos a seguir luchando para que año tras año no tengamos que celebrar un día tan triste como este.

También queremos hacer un llamamiento a todos los hombres y, especialmente, a nuestros compañeros y profesores, para que apuesten igualmente por el cambio que nos toca liderar a nosotras para que condenen la violencia que oprime a las mujeres y podamos avanzar en la construcción de una sociedad justa. Todas y todos en este instituto decimos “no” al maltrato machista y a su mínima tolerancia. “No, es no”. ¡¡¡BASTA YA!!!En un día tan triste como hoy donde tenemos que recordar la violencia que sufren las mujeres por parte de sus parejas, en primer lugar quería llamar la atención sobre lo rápido que las mujeres empezamos a percibir que podemos sufrir violencia por parte de algunos hombres.

Las mujeres jóvenes desde muy temprano, en la adolescencia, somos aleccionadas para tener cuidado y tomar precauciones cuando volvemos a casa tarde. Esto se incorpora a nuestros hábitos con tanta naturalidad que a veces no nos damos cuenta de las limitaciones que esto supone, si nos comparamos con nuestros compañeros varones de la misma edad. Parece que la calle no es nuestro sitio, ni nuestro espacio de libertad.

En más de una ocasión se nos ha puesto el corazón a mil cuando hemos oído pasos en la oscuridad de la noche y hemos comprobado que alguien nos seguía.

No se aleja definitivamente de nuestra mente la idea de que puede que nos acosen, nos agredan, nos violen y en última instancia nos maten. Es algo con lo que tenemos que cargar gran parte de nuestra vida.

Me gustaría saber qué mujer se ha librado de volver a casa y sentir nerviosa tras de sí los pasos de un desconocido y no ha tenido que sacar el móvil para hacer como que hablaba con alguien. O meterse en una tienda para ahuyentar a alguien que la seguía…Y como nos vamos a olvidar de la última moda, el pinchazo en los lugares de ocio, para intentar abusar de nosotras y que no podamos ser conscientes de lo que está sucediendo. Es una clara forma de enseñarnos que nos consideran sólo un cuerpo de quien disponer a su antojo.

También hemos tenido que escuchar que por nuestro bien, debemos aprender artes marciales para defendernos o llevar un bote de spray en el bolso, por si algún desconocido intenta propasarse con nosotras. E incluso que cuidado con ir provocando… La pelota siempre la colocan en nuestro tejado.

Pero para colmo, para algunas mujeres, esto no acaba aquí. En su espacio más íntimo, su propia casa, tienen al verdugo. Al que las intimida las acosa, las agrede y las viola y puede que incluso las mate. Ni siquiera tienen que salir a la calle.

Todo ocurre entre cuatro paredes y durante mucho tiempo se consideró algo tan privado que nadie podía inmiscuirse en lo que ahí estuviera sucediendo por más que una mujer estuviera viviendo un auténtico infierno.

Las mujeres jóvenes estamos aquí para hablar por ellas y recordarles que la sociedad no las olvida y ayudarlas para salir de esa situación tan dramática.

Las mujeres jóvenes del IES VICENTE NÚÑEZ nos hemos erigido hoy en portavoces de todas las mujeres y queremos decir que no tenemos miedo y que vamos a seguir luchando para que año tras año no tengamos que celebrar un día tan triste como este.

También queremos hacer un llamamiento a todos los hombres y, especialmente, a nuestros compañeros y profesores, para que apuesten igualmente por el cambio que nos toca liderar a nosotras para que condenen la violencia que oprime a las mujeres y podamos avanzar en la construcción de una sociedad justa. Todas y todos en este instituto decimos “no” al maltrato machista y a su mínima tolerancia. “No, es no”. ¡¡¡BASTA YA!!!

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