
El Molino del Duque acogió en la noche de ayer lunes el acto central del homenaje que ha organizado el Ayuntamiento de Aguilar para conmemorar el veinte aniversario del fallecimiento del poeta Vicente Núñez. Con ese motivo, se puso en escena la obra “ Taberna-Teatro Blanco y Rojo” de Francisco Cabezas Pérez, con la que se reflexionó sobre la analogía entre la vida del poeta y distintos pasajes de la universal novela de Cervantes.
Esta actividad se enmarca dentro del Circuito Provincial de Cultura que patrocina la Diputación de Córdoba, y con ella se ha puesto el colofón a todas cuantas se han celebrado este año para recordar a Vicente en distintos puntos de la geografía provincial y andaluza; entre ellas, la organizada por el Centro Andaluz de las Letras y la Fundación Vicente Núñez con la presentación del libro ‘Vicente Núñez. El desorden del canto’ a cargo de Juan Lamillar.
Lo vivido en la noche de ayer fue verdaderamente original y sublime. En una recreada taberna del Tuta, los actores consiguieron retrotraer el tiempo, a través del don de la palabra y la poesía, hasta las últimas épocas de existencia del poeta, en las que la popular taberna fue el epicentro de la vida sencilla y la personalidad deliciosamente extravagante que definió al rapsoda aguilarense.
En una espléndida interpretación, Mari Tere Postigo y Diego Igeño desgranaron el relato de la obra con intervalos en los que la poesía de Vicente se hacía presente con las recitaciones de Soledad López. Protagonistas centrales de todas las escenas fueron Rafael Córdoba, quien alcanzó un mimetismo con la hilarante figura del poeta que impresionó a los asistentes, y José Manuel Cabezas, quien dio vida al eterno escudero de Vicente, Antonio Ruiz (el Rojo).
Escena tras escena los actores dibujaron con maestría el universo íntimo y el paisaje humano y urbano en el que transcurrió el entorno vital de Vicente, perteneciente a la mejor estirpe poética andaluza tocada además por el aire exquisito de los paisajes cordobeses.
La singularísima personalidad del poeta fue recreada en un evento que atrapó desde el primer instante a todos cuantos tuvieron la dicha de poder estar ayer en el Molino del Duque, quedando impresionados todos los que alguna vez fueron testigos de sus conversaciones lúcidas y mágicas.
Paco Cabezas consigue profundizar con este relato en la lírica de Vicente Núñez y lleva de la mano al público por los paisajes emocionales del poeta cordobés. Sin olvidar el relato de las innumerables anécdotas que desvelan la agudeza y el sentido de la vida que caracterizaron siempre al poeta.
La prolongada y cerrada ovación que puso fin a la representación fue el indicador del éxito conseguido. Fue unánime la opinión de que se había asistido a una representación tan inolvidable como imperecedero será en este pueblo el recuerdo de Vicente Núñez.



