Desde su llegada al pueblo, en 1921, la imagen y procesión del Niño Jesús de Praga ha tenido una trayectoria devocional y procesional muy intermitente, ya que su presencia en las calles no ha sido continuada y ha dependido de distintas coyunturas sociales y religiosas.
Tras haber permanecido varias décadas sin celebrarse, se recuperó de forma esporádica en los años setenta del pasado siglo XX, promovida por el colegio de la Purísima Concepción, situado en el Llano de la Cruz, regentado por la recordada Doña Dionisia Carmona.
En esta bonita fotografía a color, fechada en esa época, podemos contemplar parte del cortejo de niñas vistiendo el traje de aldeanas que precedía a la silla papal y al trono donde se portaba la agigantada imagen del “Niño de la Bola”.